pobreza

¿A quién beneficia la pobreza?
La corrupción se alimenta de limosnas disfrazadas de créditos y de ayudas humanitarias. Como educar es un proceso a largo plazo y da ocasión a olvidos, se haconvertido en un tópico favorito durante décadas, sin que se vean muy espectaculares resultados que digamos. Las iniciativas por lo general surgen de congresos a nivel cinco estrellas, donde se especula sobreel destino de los mercados emergentes, forma suave de nombrar a los países en eterna espera del desarrollo.

Hace poco hubo un cónclave en Bruselas. Las noticias internacionales consignaron queinnominados niños de todos los continentes pidieron a los líderes de los países desarrollados que destinen más recursos para que en el 2015 se llegue a la educación básica universal. A tal fin, losestados más ricos tendrían que aportar unos 9.000 millones de dólares anuales para que 75 países “en desarrollo” logren escolarizar a su infancia. Eso, por ahora, ya que a partir del 2009 estiman que haránfalta unos 16.000 millones de dólares para idéntico fin, cualquiera que sea en esencia. Cualquier semejanza con nuestras inauguraciones de obras públicas es mera coincidencia.

Se ha hablado tantode la necesidad de educar, se destina tanta plata y se cifran tales esperanzas en la educación que una mente imaginativa -y algo podrida- podría compararla con las Cruzadas o con la búsqueda del SantoGrial.

Periódicamente en la historia aparece un mito que seguir. Por milenios los aventureros se han lanzado tras sueños de riquezas, especie de Banco Mundial que los atraía y después les hacíapagar la cuenta con intereses. Algunos hicieron fortuna, pero la mayoría, gracias si sobrevivió.

En Bruselas, el presidente del Banco Mundial recordó que impulsar la ayuda para educación no es solouna obligación moral y destacó que debe ser interés de todos. Más aun, dice el cable de EFE, que el éxito depende del esfuerzo común y “del buen gobierno en los países receptores de ayuda” ....