pobreza
Cachaldora, que disfruta en la actualidad de un merecido descanso en Galicia, aprovechó la jornada del domingo para acercarse hasta Carballo respondiendo a la invitación delpárroco José García Gondar, al que conoce desde hace ya unos cuantos años.
Además de participar en los diversos oficios religiosos del día, no dudó en compartir el drama que se vive en África -«enaquellos lugares donde hay más necesidades y pobreza y donde se cometen más injusticias y atrocidades»-, pero del que hasta aquí solo llegan algunos ecos lejanos.
Hace solo unos meses, vivió muy de cerca elsecuestro de otros tres misioneros de una congregación próxima a manos del grupo terrorista Boko Haram, que mientras Cachaldora hablaba en Carballo secuestró, para liberar unas horas después, a laesposa del viceprimer ministro camerunés. Pero pese a las recomendaciones de su obispo y de las autoridades españolas en aquel país, se negó a dejar la misión en la que presta servicio, tanto comosacerdote como profesor, en el norte de Camerún, cerca de la peligrosa frontera con Nigeria.
Allí, según explica, las únicas vías de acceso para la población local a la educación, a la sanidad y a otrosservicios básicos son los hospitales y las escuelas católicas, por eso Cachaldora y otros religiosos siguen resistiendo a la presión creciente del fundamentalismo islámico. «Temor no», asegura apelandoa su condición de representante de la Iglesia y de misionero al ser preguntado por el clima en el que desenvuelve su labor, aunque reconoce que sí vive con «inquietud, cautela y prudencia». «Por...
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