POCA DE PLAGAS LECTURA
REACCIONES A AMENAZAS COMO LA DEL ÉBOLA.
La vida en sociedad facilita y hasta impone la trasmisión de conocimientos, costumbres, inventos y tantas otras cosas provechosas entre lossocios que forman parte de ella, pero también el contagio de males indeseables, como ejemplos perversos y plagas morbosas.
Las epidemias, en particular, son una de las fuentes de pánico favoritas delas sociedades económicamente más desarrolladas, en las que otras formas de inseguridad o insalubridad están reducidas a problemas graves solamente de las clases menos favorecidas. Yo he conocidovarias en los últimos tres lustros, empezando por la gripe aviar y las vacas locas (siempre recuerdo el dialoguillo famoso en su día en el que la gallina le decía a la vaca; “¿Griposa yo? ¡Tú estásloca!”).
Luego vino la gripe A y ahora el ébola. Y siempre, con todas ellas, la utilización política de las víctimas y el intercambio interesado de reproches a las autoridades sanitarias, los comerciantes sinescrúpulos, los que no han sabido prever nada o los que toman excesivas precauciones.
Como ejemplo de estos abusos usuales, baste un botón de muestra: el mismo fin de semana que medios de comunicacióny políticos catalanes (junto con los del resto del país) reprochaban al Ministerio de Sanidad de España su mala gestión del contagio por ébola de una enfermera (que felizmente ha logrado superar elvirus y ya está curada) morían en Cataluña diez personas contagiadas de legionela, una plaga que en su día también fue famosa pero que hoy carece ya de glamour pavoroso… y rentabilidad incriminatoria.Desde luego, la respuesta a los casos de ébola en nuestro país no ha sido precisamente impecable, en lo que se parece bastante a la de otros. He pasado todo el mes de agosto en USA, escuchando en CNNlas mismas o parecidas críticas que luego se han hecho aquí: por qué se repatriaba a enfermos desde el continente africano, por qué no estaban mejor preparados los hospitales en que iban a ser...
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