poder absoluto corrompe
Con todo, las diferencias entre el nacional-socialismo alemán y el mismo fascismo italiano -arquetipo, como es lógico, del fascismo- eran considerables. Hitler tenía algún punto en común con Mussolini al que, al menos hasta los años de la II Guerra Mundial, admiró sinceramente. Ambos eran de origen modesto y oscuro. De Mussolini ya se dijo algo anteriormente. Hitler, austríaco denacimiento, hijo de un funcionario de aduanas y de una criada, mal estudiante (quiso, sin éxito, estudiar Bellas Artes), vivió hasta 1914, en Viena y Munich, una vida anodina y mediocre, con graves dificultades. Mussolini y Hitler lucharon como voluntarios en la I Guerra Mundial. Hitler se incorporó al ejército bávaro (no al austríaco) y ganó dos Cruces de Hierro al valor. Pero sus personalidades no eranidénticas. Hitler era ante todo un desequilibrado, un iluminado de psicología seudodelirante y oratoria ciertamente electrizante, y también hombre de aguda inteligencia política y gran capacidad para la maniobra y la intriga.
Sobre todo, la mezcla atropellada de nacionalismo fanático, fantasías racistas pangermánicas, antisemitismo patológico, voluntad de dominio mundial y simplificacionesgeopolíticas que definían al nacional-socialismo y que Hitler resumió en su libro Mein Kampf (Mi lucha), que escribió en la cárcel y publicó con gran éxito en 1925, era por completo ajena al mundo intelectual en que se movía el fascismo italiano. Mussolini sólo aprobó leyes antisemitas en 1938, cuando Italia era un Estado satélite de Alemania. Hasta esa fecha, la comunidad judía italiana conviviócómodamente bajo el fascismo. Una intelectual veneciana de esa ascendencia, biógrafa y amante del Duce, Margherita Sarfatti, fue una de las inspiradoras del movimiento artístico y cultural Novecento, que, basado en la idea de un retorno al espíritu y estética del Renacimiento, llegó a hacer en algún momento -en la década de 1920- las veces de cultura oficial del fascismo.
Y a la inversa, elcorporativismo, casi definidor del proyecto italiano, no existió en el nacional-socialismo. La importancia del Partido fue mucho mayor en la Alemania nazi que en la Italia fascista. Ésta fue desde luego menos totalitaria y violenta que la dictadura alemana. Mussolini interfirió poco en la burocracia, la justicia y el Ejército. La represión italiana fue comparativamente menor. Pese a su encuadramiento en laorganización Balilla, las juventudes italianas siguieron siendo educadas más en la pedagogía tradicional católica que en el fascismo. La sociedad italiana veía incluso con distanciada ironía los rituales y fastos del fascismo: la figura de Starace, el servil y vanidoso secretario del Partido, fue literalmente destruida por los numerosos, divertidos y crueles chistes que a su costa circularon.Todo ello fue imposible (e impensable) en la Alemania nazi. El tipo especial de liderazgo de Hitler, el carácter paramilitar del Partido, el antisemitismo, el uso formidable de la propaganda -que hizo del principio político del Führer la clave del Estado-, la violencia represiva, los componentes míticos y raciales que impregnaban su nacionalismo, hicieron de la dictadura alemana y delnacional-socialismo algo distinto de otros fascismos europeos. Su base social era, sin embargo, parecida a la del fascismo italiano: elementos de todas las clases sociales, pero con presencia mayoritaria de sectores de las pequeñas burguesías urbanas y rurales y muy fuerte representación de jóvenes.
El nacional-socialismo surgió en un país con una fuerte tradición nacionalista y en un país derrotado, lo...
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