Poder de sanidad
Muchos cristianos buscan atajos para alcanzar el poder de Dios. Intentar buscar atajos es, en el mejor de los casos, una frustración; en el peor, un falso maestro o profeta. Escuche cuidadosamente: hay tremendo poder para nosotros en Dios, pero no sin la santidad. La santidad precede al poder.
CUANDO JUAN VIO A JESÚS
Entonces Jesús vino de Galilea a Juan alJordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: "Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?" Pero Jesús le respondió: "Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia". Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venia sobre él. Y hubouna voz de los cielos, que decía: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia".
–Mateo 3:13-17
Entendamos a este profeta, a Juan el Bautista. Según las Escrituras, Juan fue lleno con el Espíritu Santo "aun desde el vientre de su madre" (vea Lucas 1:15). También se nos dice que su venida era en el espíritu y poder de Elías. Los historiadores nos cuentan que el penetrante e inamovibleministerio de Juan guió a casi un millón de personas al arrepentimiento. Grandes multitudes viajaron desde sus ciudades y aldeas para ir al desierto a escuchar al profeta y ser bautizados en el arrepentimiento a fin de prepararse para el reino de Dios.
Sólo Jesús conocía la caída condición del corazón humano mejor que Juan. Ninguna clase de persona escapaba al juicio del Bautista: soldados y reyes,pecadores y líderes religiosos por igual fueron conducidos al "valle de la decisión". El bautismo de Juan era más que una simple inmersión en el agua. Él requería una confesión pública de los pecados, así como también una manifestación de la justicia (vea Mateo 3:6,8).
Jesús testificó que Juan era "más que un profeta". Él dijo que entre los que nacen de mujer "no se ha levantado otro mayor queJuan el Bautista" (Mateo 11:9-11). Juan era un "profeta vidente", lo que quiere decir que podía ver en el ámbito espiritual. Él dio testimonio diciendo "vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma" (Juan 1:32-33). Él vio "la ira venidera" (Mateo 3:7). Él testificó del "reino de Dios" (Mateo 3:2). Juan podía ver los secretos en el corazón de los hombres. Su visión penetraba la apariencia delos bien respetados fariseos; él vio dentro de sus almas que eran una "generación de víboras" (Mateo 3:7). Entienda esto acerca de los profetas, ellos pueden ver cosas que le están ocultas a las demás personas.
Pero cuando Jesús llegó para ser bautizado, antes que los cielos fueran abiertos y que el Espíritu Santo descendiera, Juan vio algo que era sobrecogedor, aun para su alto estándar dejusticia. Vio el corazón de Jesús y vio que en él no había pecados, ni mentiras ni lujurias. Juan vio un nivel de santidad que, sin saber que contemplaba al Mesías, le hizo exclamar maravillado, "Yo necesito ser bautizado por ti" (Mateo 3:14).
Jesús, como el "Cordero de Dios" (Juan 1:35-36), carecía de mancha o contaminación. Esto es exactamente lo que el profeta vio en Jesús: pureza inmaculada decorazón. ¡La virtud de Jesús dejó a Juan sin aliento! La poderosa emanación de la pureza interna de Cristo hizo que Juan inmediatamente se percatara de su propia necesidad. Cuando Juan vio a Jesús descubrió un nivel de justicia que era más alto y más puro que el suyo. Este gran profeta vio dentro del corazón de Jesús y en el resplandor de la santidad de Cristo, exclamó: "Yo necesito" (Mateo 3:14).
Yasí es con nosotros. Cada vez que vemos a Jesús, cada revelación sucesiva de la pureza de Cristo hace más aparente nuestra propia necesidad. Al desplegarse la santidad de Cristo delante de nosotros, no podemos sino hacerle eco a la exclamación de Juan el Bautista: "¡Yo necesito ser bautizado por ti!".
Sin embargo, al comenzar nuestro caminar, abrazamos la vida en nuestras propias fuerzas,...
Regístrate para leer el documento completo.