Poema "El placer primero"
Páginas: 2 (345 palabras)
Publicado: 3 de febrero de 2015
El Placer Primero
Estabas todavía algo adormilada cuando lo viste llegar; no podías negar que la boca se humedeció con sólo ver cómo se acercaba. Su olor penetraba cada rincón de la habitación,invitaba a dejar libre todo sentimiento, a olvidar cualquier cosa que tuvieras que hacer y dedicarte a él por completo.
Los pliegues de las sábanas permitían apenas ver tu piel todavía dormida, suave;decidiste acercarte a él, y resbalaste la pierna izquierda hasta dejarla caer a un costado de la cama, parecía inerte, inanimada, descubierta hasta el muslo que desprendía un aroma apenasperceptible. Después de un gran esfuerzo lograste sentarte en la orilla, deslizando la pierna derecha con casi tanta suavidad como la de tu cabello resbalado por la espalda, recorriendo tu cuello y los hombrospálidos y desnudos.
Él permaneció inmutable despidiendo sin cesar ese olor que humedecía tus sentidos, que te resultaba imposible ignorar. Se había convertido ya en un vicio, en un hábito innegable ydelicioso. Lo observas mientras te levantas y el camisón cae acariciando parte de tu espalda y rozando sutilmente los muslos. Acercas la mano a él y lo recorres con la punta de los dedos que sehumedecen al contacto, después tocas tus labios humedeciéndolos. Repites la acción pero esta vez lo rodeas con la mano izquierda, reclinas levemente la cabeza hasta que tu cabellera reposa sobre el hombroderecho.
Tus mejillas también perciben esa humedad que él despide y deja brotar pequeñas gotas de sudor que les dan un brillo peculiar. Los labios entreabiertos dejan asomar unos pequeños dientesblancos y tu lengua al rozarlos muestra esa necesidad de probarlo.
Ahora son ambas manos las que lo rodean, lo acercan a ti, inclinas un poco más tu cabeza y el cabello plenamente; la proximidadsugiere ese deseo como una cortina que vela el instante para disfrutarlo plenamente; la proximidad sugiere ese deseo que te invade cada vez más, así que reposas tus labios sobre la taza y por fin,...
Estabas todavía algo adormilada cuando lo viste llegar; no podías negar que la boca se humedeció con sólo ver cómo se acercaba. Su olor penetraba cada rincón de la habitación,invitaba a dejar libre todo sentimiento, a olvidar cualquier cosa que tuvieras que hacer y dedicarte a él por completo.
Los pliegues de las sábanas permitían apenas ver tu piel todavía dormida, suave;decidiste acercarte a él, y resbalaste la pierna izquierda hasta dejarla caer a un costado de la cama, parecía inerte, inanimada, descubierta hasta el muslo que desprendía un aroma apenasperceptible. Después de un gran esfuerzo lograste sentarte en la orilla, deslizando la pierna derecha con casi tanta suavidad como la de tu cabello resbalado por la espalda, recorriendo tu cuello y los hombrospálidos y desnudos.
Él permaneció inmutable despidiendo sin cesar ese olor que humedecía tus sentidos, que te resultaba imposible ignorar. Se había convertido ya en un vicio, en un hábito innegable ydelicioso. Lo observas mientras te levantas y el camisón cae acariciando parte de tu espalda y rozando sutilmente los muslos. Acercas la mano a él y lo recorres con la punta de los dedos que sehumedecen al contacto, después tocas tus labios humedeciéndolos. Repites la acción pero esta vez lo rodeas con la mano izquierda, reclinas levemente la cabeza hasta que tu cabellera reposa sobre el hombroderecho.
Tus mejillas también perciben esa humedad que él despide y deja brotar pequeñas gotas de sudor que les dan un brillo peculiar. Los labios entreabiertos dejan asomar unos pequeños dientesblancos y tu lengua al rozarlos muestra esa necesidad de probarlo.
Ahora son ambas manos las que lo rodean, lo acercan a ti, inclinas un poco más tu cabeza y el cabello plenamente; la proximidadsugiere ese deseo como una cortina que vela el instante para disfrutarlo plenamente; la proximidad sugiere ese deseo que te invade cada vez más, así que reposas tus labios sobre la taza y por fin,...
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