Poema?
Una mesa, siete sillas, dos amigos y tres furcias. De fondo Calamaro repetía que estaba loco. Varias copas de vino daban vueltas en micabeza, como avispones armados con palos embatiendo mi cerebro; mientras una puta, de la cual me hallaba profunda y (quien sabe) tontamente enamorado, marcaba mi cuelloy repetía que yo sería siempre solamente suyo.
Entonces decidimos salir a mirar a las estrellas, desde el callejón oscuro de un pequeño pueblo, afuera de unburdel, observamos el firmamento y comprendimos que como las estrellas del cielo nuestro amor un día se acabaría. De repente y sin aviso, una luz cruzo el cielo,dividiéndolo en dos con su larga cola resplandeciente, un espectáculo casi tan hermoso como el amor cuya magia se colaba hacia el alma por los intersticios. Nos quedamosallí anonadados ante tal belleza, dos pares de ojos brillosos y enamorados agradecidos de tan precioso regalo; incluso segundos después, aún nos hallábamos allímirando el escenario donde acababa de mostrarse aquella majestuosa obra de arte de la naturaleza.
No seríamos uno del otro para siempre, esto nos quedaba muy claro,pues tarde o temprano, por la acción del hombre o por el capricho de la muerte habríamos de separarnos algún día. Nuestro amor sería como aquel místico espectáculo enel firmamento: Mágico, de belleza inefable, inconmensurable, insondable; desgarraría el cielo de este mundo con su fuerza y esplendor. Pero tarde o tempranoterminaría y quedaría solamente en el recuerdo como aquel mágico espectáculo en los cielos, cuya luz de poquito a poquito iba desapareciendo.
Por: Neil Zuñiga Feijoo
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