poema
¡Ea! apretad esas cinchas
y apercibid los overos;
y que ya tasquen los potros
el bocado de los frenos.
Preparad las jabalinas,
poned traílla a los perros;
sonad las trompas decaza
y azores llevad dispuestos.
¿Ya estáis listos? Pues aprisa,
vamos al bosque siniestro.?
II
Quien tal dice es un altivo,
noble y alto caballero
que, con sus alrededores,
tiene lacomarca en feudo.
Es Don Pedro de Almendares,
el infanzón altanero
a quien, por lo valeroso,
ninguno venció en el duelo.
El que ha astillado sus lanzas
en las justas y torneos,
siempresereno y triunfante,
sin temores ni recelos.
III
Es Violante una doncella
con unos ojos muy negros,
con unos oscuros rizos
que cuando le caen sueltos
por la garganta blanquísima,
porla espalda y por el seno,
fingen en fondo de mármol
mallas finísimas de ébano.
Don Pedro adora a Violante
y Violante ama a Don Pedro;
y ambos gozan en deliquios
de ardorosos embelesos. IV
Pero Violante, la hermosa,
se enciende en llamas de celos,
sin que nada de sus ansias
pueda aminorar el fuego.
La linda Violante busca
para sus males remedio,
y a un nigromanteinterroga
contándole sus secretos.
El nigromante medita;
y luego, fruncido el ceño,
busca en yerbas misteriosas
filtros; y ve los luceros;
y en caballísticos signos
quiere hallar elverdadero
modo de que sus retortas
puedan curar aquel pecho.
Por fin, después de lograr
descifrar aquel misterio,
y ya encontrada la clave
del enigma, dijo luego
a Violante: ?Que el que os ama os traiga el ala de un cuervo;
y con el oscuro copo
del suave plumaje negro,
podréis curar la dolencia,
llevándole junto al pecho.
V
Por eso va en su corcel
el valeroso Don Pedro, y con sus gentes al bosque,
con jaurías y pertrechos.
Ese es el bosque maldito,
ese es el bosque siniestro,
del que mil supersticiones
andan en boca del pueblo.
Con temor van...
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