Poema

Vi entonces aquella tarde la lumbrera que iluminaria por largos años, hasta que pareciesen eternos, los ojos míos y la frente mía; embotando mi entendimiento tal esbelta belleza, comparable tal vezcon aquellos númenes del cielo de angelicales pareceres, que cubiertos entre nubes y polvos celestes brillantes adornan las constelaciones todas. La mirada mía, inocente, se posa embelesada en sufigura, explorando, cual viaje cautivador; mientras caminaba, pareciera a mi opinión, que fuera cada paso suyo una danza, una coreografía perfectamente pensada pero que dejaba espacio a una espontaneidadtan natural como el mismo aire que respiran los hombres; a medida que de mí se alejaba tal excelso espectáculo, mi corazón apresuraba a la memoria para que no olvidara ni el más minúsculo detalle, yaque aquella escena duraría hasta el fin de mis días; como si algo trascendental ocurriera en mi humilde vida, quedaría aquel momento atesorado en el baúl de los recuerdos afables más recónditos; nila más terrible circunstancia o lo más aterrador que pudiere pasarme, ni aún la muerte, arrancarían, como se extrae un árbol de la materia que lo sostiene y le da vida, aquel instante en el tiempo, esemomento de eternidad de mi memoria.

Que pasara aquel ángel por mi frente
Me hacía vivir el sueño no cumplido,
Como ella no hay más mujer referente,
Pues ninguna como esta ha existido.
Quedóatrapada su imagen en tiempo eternal
Y cada vez más lejos
Transformaba todo el bien en mal…
Así más aún yo te recuerdo,
Con claridad del sol meridiano
Me hace perder así lo poco cuerdo.

Lodelicado de sus rosados labios alguna vez gloriosa osaron tocar los míos, aunque fueran tan pocas veces como aparece en el firmamento alguna estrella fugazmente viajera o de cuantos viajes pudieranrealizarse hasta el satélite que fielmente acompaña a este planeta, sus labios, alguna vez gloriosa osaron tocar los míos; los brazos suyos que son delgados y delicados cual iris de los ojos, entrelazaron...