Poemas del Romanticismo
Oda al otoño
Estación de las nieblas y fecundas sazones,
Colaboradora íntima de un sol que ya madura,
Conspirando con él cómo llenar de fruto
Y bendecir las viñas que corren por las bardas,
Encorvar con manzanas los árboles del huerto
Y colmar todo fruto de madurez profunda;
La calabaza hinchas y engordas avellanas
Con un dulce interior; haces brotar tardías
Y numerosas flores hastaque las abejas
Los días calurosos creen interminables
Pues rebosa el estío de sus celdas viscosas.
¿Quién no te ha visto en medio de tus bienes?
Quienquiera que te busque ha de encontrarte
Sentada con descuido en un granero
Aventado el cabello dulcemente,
O en surco no segado sumida en hondo sueño
Aspirando amapolas, mientras tu hoz
Respeta la próxima gavilla de entrelazadas flores;
Ote mantienes firme como una espigadora
Cargada la cabeza al cruzar un arroyo,
O al lado de un lagar con paciente mirada
Ves rezumar la última sidra hora tras hora.
¿En dónde con sus cantos está la primavera?
No pienses más en ellos sino en tu propia música.
Cuando el día entre nubes desmaya floreciendo
Y tiñe los rastrojos de un matiz rosado,
Cual lastimero coro los mosquitos se quejanEn los sauces del río, alzados, descendiendo
Conforme el leve viento se reaviva o muere;
Y los corderos balan allá por las colinas,
Los grillos en el seto cantan, y el petirrojo
Con dulce voz de tiple silba en alguna huerta
Y trinan por los cielos bandos de golondrinas.John Keats.
Para ti, que has sentido en tu rostro el invierno
Para ti, que has sentido en tu rostro el invierno,
Y que has visto las nubes de nieve entre la niebla
Y copas de olmos negros entre estrellas heladas,
Será la primavera un tiempo de cosecha.
Para ti, que has tenido como libro la luz
De la sombra suprema con la que te nutrías
Una noche tras otra cuando no estaba Febo,Será la primavera una triple mañana.
Que el saber no te angustie: yo no tengo ninguno,
Y sin embargo el canto me brota con pasión.
Que el saber no te angustie: yo no tengo ninguno,
Pero la tarde escucha. Aquél que se entristece
Pensando en la indolencia no puede estar ocioso,
Y despierto se encuentra quien se crea dormido.
Escrito como repulsa de las supersticiones vulgaresLas campanas repican melancólicamente
Convocando a los fieles a nuevas oraciones,
A nuevas lobregueces, a espantosas angustias,
A escuchar el horrible sonido del sermón.
Sin duda que la mente del hombre está encerrada
En un oscuro hechizo, pues todos se separan
Del gozo junto al fuego, de los aires de la Lidia,
Del elevado diálogo con los que en gloria reinan.
Aún, aún repican, y sentiría unfrío
Y una humedad de tumba si no fuera consciente
De que están extinguiéndose cual vela consumida,
De que son los gemidos que exhalan al perderse.John Keats.
NOCTURNO
Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, sólo dura un día,
y eso entre sombras, dudas y temores.
Porque en pos de otro mundo y de otras flores
abandonaste esta región sombría,
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.
Yo vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eternadespedida
que de dolor el corazón me llena;
que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena,
mejor es el sepulcro que la vida.
Manuel Acuña
ANTE UN...
Regístrate para leer el documento completo.