Poemas del siglo de oro.
JUAN BOSCAN.
Tristeza, pues yo soy tuyo,
tú no dejes de ser mía;
mira bien que me destruyo
sólo en ver que el alegría
presume de hacerme suyo.
¡Oh, tristeza!
que apartarme decontigo
es la más alta crueza
que puedes usar conmigo.
No huyas ni seas tal
que me apartes de tu pena;
soy tu tierra natural,
no me dejes por la ajena
do quizá te querrán mal.
Pero, di:
yaque estó en tu compañía,
¿cómo gozaré de ti,
que no goce de alegría?
Que el placer de verte en mí,
no hay remedio para echallo,
¿quién jamás estuvo así?
que de ver que en ti me hallo,
me halloque estoy sin ti.
¡Oh ventura!
¡Oh amor, que tú hiciste
que el placer de mi tristura
me quitase de ser triste!
Pues me das por mi dolor
el placer que en ti no tienes,
porque te sienta mayor,no vengas, que si no vienes,
entonces vernás mejor.
Pues me places,
vete ya, que en tu ausencia
sentiré yo lo que haces
mucho más que en tu presencia.
ODA XXIII. A LA SALIDA DE LA CÁRCEL. FRAY LUIS DE LEÓN.
Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa
en el campodeleitoso
con sólo Dios se compasa
y a solas su vida pasa
ni envidiado ni envidioso.
SONETO II.
GARCILASO DE LA VEGA.
En fin, a vuestras manos he venido,
do sé que he de morir tan apretado,que aun aliviar con quejas mi cuidado,
como remedio, me es ya defendido;
mi vida no sé en qué se ha sostenido,
si no es en haber sido yo guardado
para que sólo en mí fuese probado
cuantocorta una espada en un rendido.
Mis lágrimas han sido derramadas
donde la sequedad y la aspereza
dieron mal fruto dellas y mi suerte:
¡basten las que por vos tengo lloradas;
no os venguéis más demí con mi flaqueza;
allá os vengad, señora, con mi muerte!
CANCIONES DEL ALMA...
SAN JUAN DE LA CRUZ.
¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!...
Regístrate para leer el documento completo.