poemas
El penacho
Si solamente hiciera sol esta noche
Si en el fondo de la Ópera dos senos claros y resplandecientes
Compusieran para la palabra amor la más maravillosa capitular viviente
Si el pavimento de madera se abriera sobre la cima de las montañas
Si el armiño mirara con gesto suplicante
Al sacerdote de vendas rojas
Que regresa de la prisión contando los coches cerrados
Siel eco lujoso de los ríos que atormento
Sólo arrojara mi cuerpo en la hierba de París
Que no se hiela en el interior de las joyerías
Por lo menos la primavera ya no me causaría miedo
Si solamente fuera una raíz del árbol del cielo
Por fin el bien en la caña de azúcar del aire
Qué ves tú hermosa silenciosa
Bajo el arco de triunfo del Carrusel
Si el placer gobernara bajo el aspecto de unaeterna transeúnte
Estando las Cámaras surcadas sólo por la mirada violeta de los paseos
Qué no daría yo porque un brazo del Sena Se deslizara bajo la Mañana
Que está de todas formas perdida
No me resigno no a las salas acariciantes
Donde suena el teléfono de las multas de la noche
Al partir he prendido fuego a una mecha de cabellos
que es la mecha de una bomba
Y la mecha de cabellos excavaun túnel bajo París
Si solamente mi tren Penetrara Por ese túnel
Amor apergaminado
Cuando las ventanas, lo mismo que la mirada del chacal y el deseo, taladran la aurora, unas cabrias de seda me levantan sobre las pasarelas del suburbio. Llamo entonces a una muchacha que sueña en la casita dorada; se une a mí sobre el montón de musgo negro y me ofrece sus labios, que son piedras al fondo deun río presuroso. Velados presentimientos descienden los escalones de los edificios. Lo mejor es huir de los grandes cilindros cuando los cazadores cojean en las tierras destempladas. Si se toma un baño en el muaré de las calles, la infancia regresa a la patria, galga gris. El hombre busca su presa por los aires y los frutos se secan entre las rejas de papel rosa, a la sombra de los nombresdesmesurados por el olvido. Las alegrías y las penas se esparcen por la ciudad. El oro y el eucalipto, de igual aroma, atacan los sueños. Entre los frenos y los edelweis sombríos reposan formas subterráneas semejantes a corchos de perfumistas.
Paul Eluard
A medianoche
Se abren puertas se descubren ventanas
Un fuego se enciende y me deslumbra
Todo se decide encuentro
Criaturas que yo nohe deseado.
He aquí el idiota que recibía cartas del exterior
He aquí el anillo precioso que él creía de plata
He aquí la mujer charlatana de cabellos blancos
He aquí la muchacha inmaterial
Incompleta y fea bañada de noche y de miseria
Cargada de absurdas plantas silvestres
Su desnudez su castidad sensibles de cualquier parte
He aquí el mar y barcos sobre mesas de juego
Un hombre libreotro hombre libre y es el mismo
Animales exaltados ante el miedo con máscara de barro
Muertos prisioneros locos todos los ausentes.
Pero tú por qué no estás aquí tú para despertarme
A toda prueba
VI
Quiero besarte te beso.
Quiero dejarte te enojas.
Pero al límite de nuestras fuerzas
te pones una armadura más peligrosa que un arma.
IX
Fantasma de tu desnudez.
Fantasma hijode tu simplicidad.
Pueril domador sueño carnal
de imaginarias libertades.
X
Pluma de agua clara frágil lluvia.
Frescor velado de caricias,
de miradas y de palabras.
Amor que vela lo que yo amo.
G. Apolinaire
El noviazgo
a Picasso
La primavera deja errar a los novios perjuros
y que las plumas azules quesacude el ciprés
donde anida el pájaro azul se agiten como hojas.
Una Madona al alba ha cogido las rosas silvestres
y mañana vendrá a por los alelíes
para poner en los nidos de palomas que destina
a ese palomo que al anochecer parecía el Paracleto.
En el limonarcillo se enamoraron
con el amor que amamos las últimas en llegar.
Los pueblos lejanos son como párpados
Y entre los...
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