Poemas
El mal, que en sus recursos es proficuo, jamás en vil parodia tuvo empachos: Mefistófeles es un cristo oblicuo que lleva retorcidos los mostachos. Y tú, que eres unciosa como unruego y sin mácula y simple como un nardo, tienes trágica crin dorada a fuego y amarillas pupilas de leopardo.
Amado Nervo
EL CASTILLO DE LO INCONSCIENTE
El castillo de lo inconsciente yérguesesobre una roca enorme, aguda y hosca, rodeada de abismos. Entre la roca, y la montaña vecina, derrúmbase el agua torrencial, que luego se arrastra, allá en el fondo lóbrego...
Su estruendo se oyede lejos, sordo y hasta apacible, y sus espumas, fosforescentes desde la altura, se adivinan en las tinieblas.
Por dondequiera, como guardia de honor de la roca, levántanse agujas ásperas, dientespétreos, y se erizan matorrales de espinos.
Pero en las noches de luna, con que arcano prestigio radian, en lo alto, los vitrales del castillo divino en que mora la paz...
Sólo pueden escalar tu moradaeminente los que han sangrado en todos los colmillos rocosos, los que se han herido en todos los espinos...
Yo era de éstos. Yo merecía habitar en la mansión del sosiego, y una noche apacible,guiado por el celeste faro lunar, emprendí la ascensión al castillo.
Sobre una robusta rama inclinada, atravesé el torrente. Varías veces el vértigo estuvo a punto de vencerme. La corriente rabiosahubiera destrozado mis miembros; la colérica espuma me habría cubierto con su rizada, y trémula blancura...
Pero yo miraba a lo alto, al castillo, que mansamente se iluminaba en el picacho gigantesco y unagran esperanza descendía hasta mi corazón y me daba aliento.
Salvado el abismo, hube de escalar la roca.
¡Ay! ¡Cuantas veces en sus asperezas me herí las rodillas y las manos. ¡Cuántas otras me vien peligro de caer al torrente que, como dragón retorcido y furioso, parecía acecharme!.. Sus espumas llegaban, hasta mí, humedeciendo mis destrozadas ropas.
Pero mi anhelo de llegar al castillo...
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