Poesía
Sebastián Bianchi. Escritor Argentino.
Ensimismado, junto al mausoleo
de los esposos, en el rancio
almacén -en el corazón
poetizado al mango- unHölderlin
de Avena yéndose con el viento
de las amapolas.
Petrificados, mármoles de
granaderos, voces que escriben
las lápidas.
El camino de los vates solteros, quemados
en lafiebre de su solo cuerpo
que se deforma… ¡Y van
a parar, cada tanto, en la temporada
en que la más lampiña mejilla
renace, del púrpura al violeta, alegres
tras el tornasolado monóculo!A nosotros que cantamos los lamentos
Hoy me tropecé con tus ojos violetas y solos.
Me besabas con la lengua en mi hocico de ramera.
Venascalladas, no fuimos invitados a la fiesta de la
perfección, del antidolor y los palacios.
Los poetas oficiales hacen cruces.
Y los fantasmas llevan babuchas a la moda.
Esa que chatea con lanoche cuenta de sus pródigas
migajas a las hazañas.
Por eso, ahora que las esquirlas del verano se
desparramaron por el éter y las alas se transforman,
vendrás a buscarnos en el barro, anosotros
que cantamos los lamentos de los césares idiotas.
Estatuas
1).
Puso el motor en marcha y bajó la banderilla,haciendo desaparecer la palabra LIBRE. Un tictac creciente me fue preguntando por los nombres de María, tras el verbo violentado sexualmente. Esta Pasión siempre nos llega como herida por la urgencia. Esmediodía, toda una vagina solar. Cupido la va chupando. Da besos idiotas y tiene una gran lengua, con millones de rulos. Hoy la réplica plástica harta de su viejo colgajo, desmoronó su figura de antaño,sobre este otoñal desparpajo de caderas y bustos.
2).
Querido Mallarmé: No he prendido el ordenador. En todo el puto día, ¿puedes creerlo? La musa ha de estar en...
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