Poesia de Piratas
Belín López
En un galeón pequeño,
más pequeño que un botón,
viajaban cien piratas,
un loro y un ratón.
Escupían, maldecían,
eran fieros bucaneros,
nunca fueron a la escuela,
ni quisieron aprender.
Eran por tanto piratas
Algo tontos y obstinados,
que no sabían leer.
El lorito Simprosio
colocado sobreel hombro
de un capitán cegato
que no veía ni un gato
pues tenía un ojo tapado
y manejaba un cañón
con balitas de algodón.
Usaba unos pantalones
a media pierna cortados,
los pies llevaba descalzos
y siempre estaba constipado.
El timonel Timoteo
manejaba el timón,
si giraba hacía poniente
llegaba hasta New York,
pero si mantenía el rumbo
se aburría mogollón.
Mientras el ratoncilloPaco
corría por la cubierta
detrás de un enorme gato
que resultaba muy raro
pues nunca comía pescado,
pero sí que le gustaban
unas papitas guisadas
La bandera de aquel barco
no era negra, no señor,
ni tenía calavera,
tenía un bonito sol
que con trocitos de tela
hizo doña Leonor
una vieja pirata abuela
que cosía con primor.
La bandera parecía
una manta esperancera
y si hacía muchofrío
la bajaban a cubierta,
se tapaban todos juntos
con semejante bandera.
El marinero Pancracio
sólo tenía un brazo,
ya que el otro había perdido
con su peor enemigo
pues se lo había mordido,
pero no se lo comió,
sólo que Pancracio enfadado
no quiso tener el brazo
mordido por aquel señor
y decidió usar un garfio
Oxidado y ganchudo
con el que se dedicaba
a tejer y hacer crochémientras todos los piratas
se burlaban mucho de él.
El mapa estaba estirado
sobre una mesa muy grande,
en él todos miraban
pero no acertaba nadie.
—Aquí está nuestra isla.
—¡Que no, que no!,
¡que eso es una mancha de melón!
—Mira, es aquí donde hay que ir.
—¡Que sí, que sí!
—¡Callaros ya de una vez!
como capitán que soy
trazaré ahora el rumbo,
me guiaré por el sol,
observaré las estrellasconsultaré mi reloj.
Y así navegaban siempre
entre olas y tormentas,
lluvia, viento, vendavales…
se movían hacia un lado
y después hacia delante.
—¡Qué mareo, por favor!,
o llegamos a la isla
o me hago soldador.
Un día en la lejanía
Vicente el gran vigía
gritó: —¡Tierra a estribor!
¡Qué emoción, qué emoción!
prepararon un buen bote,
una botella de ron,
unos picos y unas palas
yentonaron su canción:
“Somos fieros bucaneros
que vivimos en la mar
damos miedo, mucho miedo
y solemos atacar”.
Llenos de gran entusiasmo
pusieron pie en la isla.
—¡Qué isla más extraña,
sólo tiene una palmera,
una roca no muy grande
y cantidades de arena!
—Pero capitán, ¿qué isla es esta, señor?
¿Dónde estará el tesoro del galeón español?
—Según el mapa, aquí indica
que en medio delgran océano
sin nombre una bonita isla,
rodeada de mil tiburones,
no muy grande, ni pequeña,
con muchas plantas enormes
y cantidades de arena.
—¡Aquí está! —dijo el grumete—.
Es un cofre de cartón
y dentro tiene juguetes
y un libro de un tal Ramón.
Y el capitán emocionado
se dirige a sus hombres
—He aquí el gran tesoro,
nos ha costado encontrarlo,
pero es mi gran satisfacciónencontrar este tesoro
del galeón español.
—¡Viva, nuestro amado capitán
el más fiero de los mares!
Así se volvieron al barco
con semejante botín
más contentos que unas pascuas,
y el capitán muy feliz.
Cuando en las noches de luna
se podía hasta leer
sacaban del cofrecillo
el librito de papel
y Vicente el gran vigía
comenzaba a leer el cuento
pues era el único que leía
despacito y contropiezos.
Allí se contaba historias
de los desiertos de dunas,
de los hielos, de los polos,
de las caras de la luna.
Y cuentan que cuentan algunos
que de aquel barco pirata
al llegar un día a tierra
quisieron todos volver
a estudiar a una escuela,
para aprender a leer.
Canción del pirata
[Poema: Texto completo]
José de...
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