poesia DOGO
Era una noche de invierno, cruda y fría,
era una de esas noches, en que hacía,
que se dudara de la clemencia de los dioses,
y que los animales más salvajes, y ferocesse refugiaran en sus cuevas,
y los humanos, en sus pocilgas nuevas,
denominación que se les daba a los cubiles
o viviendas del lugar.
Era un hogar, un niño enclenque, sin aliento,
aconsecuencias de la falta de alimento,
una madre que se encontraba con los senos destrozados,
a pesar de sus deseos buenos,
de amamantar a su pequeño y tierno hijo adorado.
un padre que se encontrabadesesperado,
no tenía alimento que darle a su familia,
y hacía días que se guardaba ya vigilia,
Dogo, fiel perro guardián, aullando se lamenta.
todos los alrededores azota la terrible tormenta,
de prontoun rayo de luz y de esperanza,
se filtra por la ventana y el interior alcanza,
el padre con júbilo ha exclamado,
¡ vida mía, la tormenta ha amainado !
vayamos por distintos senderos a la peña,
atraeros, un puñado o dos de leña,
con que prendamos el caliente fuego
Yo traeré algo de comer, vamos, te ruego,
y el niño ¡exclama la madre! ¿quién lo cuida?
este fiel perro Dogo, responderá consu vida,
partieron y al cabo de un buen rato han regresado,
ella con un atado de leña,
y el con un ciervo en el hombro atravesado,
que la tormenta al derribar un árbol mató.
Sale Dogo arecibirlos, con el rostro lleno de alegría
pero con las fauces, ensangrentadas todavía,
y el padre, sin hacer considerados, dijo:
¡ infeliz, te haz comido a mi hijo!
y de un hachazo le destroza elcráneo.
Entra corriendo y sin hacer más caso,
esperando encontrar al niño destrozado,
con asombro contempla al niño adormitado,
y en el suelo dos lobos destrozados.
Con el alma adolorida se postró dehinojos,
como cuando perdemos lo que más amamos,
levantó a Dogo entre sus brazos,
y dijo entre congojo,
¡ perdóname Dogo ! también los hombres nos equivocamos.
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