Poesia
No duermas, campesino, procura estar en vela;
la tierra es sangre tuya, la espiga es tu sudor.
Tu mano no es la mano que de terror se hiela,
tu mano es ahora un puño que se alzavengador.
Echate un manto rojo sobre la negra tela
con que cubrió tu cuerpo el déspota agresor.
Pon tu pecho cual dique al mar que te flagela,
si tiemblan tus hermanos...¡infúndelesvalor!
No seas resignado; sé noble, altivo y bravo;
mejora humanamente tu condición de asclavo,
que cuando audáz emprendas la justa rebelión,
Huirá despavorido el cruel terrateniente.
Y asíel sudor bendito que mane de tu frente
será una lluvia sacra de paz y redención.
Daniel Lainez — Honduras, 1914
Breviario antiguo
El verbo de este libro es una llama
donde la flor dela ilusión perece.
La cantárida vive. El mal florece
y un veneno sutil la sangre inflama.
Su olor no es de verbena ni retama
y un hálito de pólenes parece:
bajo el fuego del sol sedesvanece
y dice al hombre: ¡fecundiza y ama!
Libro caliente de emoción sentida,
Amargo y cruel como sangrienta herida,
pérfido y dulce y de un saber profundo,
en cuyas hondas frasesentreveo
todo el dolor del inmortal deseo
que da la vida y que estremece al mundo.
Froylán Turcios, Honduras, 1872
Hojas
En la hoja de algún libro, sepultada,
para que pase así de gente engente,
deja el genio la idea que en su mente,
brotó como la luz de una alborada.
Y el héroe que tras épica jornada
triunfar hizo a su ejército valiente;
de la historia en una hojarefulgente
deja un rastro con la hoja de su espada.
Más, lo que me sorprende y acongoja
es ver que, al que en una hoja se eterniza
se da también por galardón una hoja.
Pues la gloria quetanto preconiza el hombre,
que como árbol se deshoja, en la hoja
de un laurel se sintetiza.
José Antonio Domínguez, Honduras, 1869
Amor
Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte...
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