poesia
Arturo Capdevila
I
El hada -tu madrina- pregunta si te amo.
Y yo respondo:
−Hada: por ella, tramo a tramo,
grada a grada, con ansia suprema y perentoria,
yo subiré la escala de mármol de la gloria;
yo treparé a las cumbres sagradas que redimen,
o bajaré a los antros más ásperos del crimen.
Mi amor ya no razona. Sencillamente ama.
Mi voluntad la quiere. Misoledad la llama.
Será mía o de nadie. Yo lo juré y es cierto.
Mi amor es como nave que busca un solo puerto.
Mi amor es como un árbol magnífico y florido.
Es pájaro que siente necesidad de un nido.
Es un ramo de flores y de estrellas. Es fuente
de aguas claras. Es vino, que embriaga dulcemente.
Mi amor es un anhelo de llamas vivas. Arde,
tal como al Sol poniente, las nubes de la tarde.
Miamor es como campo de mies en la pradera,
o bien como una selva tupida en primavera
en cuyas agrias sendas deja el león sus rastros,
¡pero que a medianoche conversa con los astros!
II
Mi amor fue silencioso, pero firme. Fue mudo.
Más mudo que una estatua. Más firme que un escudo.
Era un silencio horrible, pesado y doloroso.
¡Jamás hubo un sepulcro más hondo y silencioso
que aquel amor!Ya era vergüenza, hipocresía,
insomnio en cada noche, dolor de cada día,
silencio que mi pobre garganta estrangulaba,
serpiente que en mi cuello dormía y se enroscaba,
tristeza inconfesada, sombra irredenta, luto
del alma, miserable zozobra del minuto,
lágrima acerba, gota de hiel, fuente sellada...
¡mi vida toda entera, muerta y amortajada!...
Mi labio asesinaba su queja y su gemido.
Micorazón mascaba, mordía su latido...
Y así mi amor entonces, crucificado y yerto,
entre las soledades nocturnas de un desierto,
era una cosa vana, deshilachada y trunca...
¡era como esos búhos que el sol no han visto nunca!
Pero hoy ya nada importa. Sí, que lo sepan todos.
La amo y será mía. Yo buscaré los modos.
Ésta es una profunda realidad luminosa;
y aunque lo diga en verso, he decumplirlo en prosa;
en áspero combate, faz a faz, pecho a pecho.
Lo que hoy es una frase mañana será un hecho.
Ahora, que esto sea resonante y bravío:
campanas a rebato, ¡pregón de desafío!
Que lo oigan todos, ¡todos! La amo y será mía.
Mía o de nadie. Es esto lo que afirmar quería.
III
Ir por la vida a solas, completamente a solas;
oír sobre la playa la injuria de las olas,
andarerrante, mudo, a través de los años;
haber vivido siempre de farsas y de engaños.
Venir desde muy lejos, venir desde la infancia,
ya viejo, ya marchito, sin alma y sin fragancia,
haber sentido envidia del ave y su reclamo,
sin haber dicho nunca -pero jamás- yo te amo;
hacer un verso inútil que llora y nada espera;
ser la renuncia y nunca la afirmación entera;
cruzar por los caminos de ladesesperanza,
temblando de la esfinge que aguarda en lontananza;
decir en rima fútil mentira y más mentira;
vivir haciendo escarnio del verso y de la lira;
haber perdido todo lo que mi afán cuidaba;
la madre bondadosa y el padre que me amaba...
haber dejado el sabio timón entre las olas...
verme en la débil barca completamente a solas;
huir de la divina presencia de sus ojos
en vez de sersu esclavo, y en vez de estar de hinojos;
haber guardado oculto mi amor por el estulto
designio indescifrable de mantenerlo oculto;
y hallarla ahora a ella mi corazón rendido,
a ella que es la novia que Dios me ha prometido
y renunciar... ¡No, nunca! Basta de farsa ahora.
Rugiendo, en plena noche, la desperté a la aurora.
Y por la vez primera, de púrpuras teñida,
la aurora vuelca toda suluz sobre mi vida.
IV
¿Qué vale? ¿Vale oro? Pues bien: yo tendré oro.
Por personal grandeza, por imperial decoro,
oro tendré en mis arcas de noble jerarquía,
¡Oh! Pero el oro es poco. Buscaré pedrería:
ígneos rubíes, hondos zafiros, esmeraldas...
¡una lluvia de gemas le volcaré en las faldas
de seda! Que ella juegue con las ardientes gemas.
Que en las amadas sienes se ciña mis...
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