Poesia
Égloga III
Aquella voluntad honesta y pura,
ilustre y hermosísima María,
que en mí de celebrar tu hermosura,
tu ingenio y tu valor estar solía,
a despecho y pesar de laventura
que por otro camino me desvía,
está y estará en mí tanto clavada,
cuanto del cuerpo el alma acompañada.
Y aún no se me figura que me toca
aqueste oficio solamente en vida;
mas con lalengua muerta y fría en la boca
he de mover la voz a ti debida.
Libre mi alma de su estrecha roca
por el Estigio lago conducida,
celebrándose irá, y aquel sonido
hará parar las aguas del olvido.Mas la fortuna, de mi mal no harta,
me aflige, y de un trabajo en otro lleva;
ya de la patria, ya del bien me aparta;
ya mi paciencia en mil maneras prueba;
y lo que siento más es que la cartadonde mi pluma en tu alabanza mueva,
poniendo en su lugar cuidados vanos,
me quita y me arrebata de las manos.
Pero por más que en mí su fuerza pruebe
no tomará mi corazón mudable;
nunca diránjamás que me remueve
fortuna de un estudio tan loable.
Apolo y las hermanas todas nueve.
César Vallejo
Piedra negra sobre una Piedra blanca
Me moriré en París con aguacero,
un día delcual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a lamala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga;son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
El Hermano Ausente En la Cena Pascual
Abraham Valdelomar
La misma mesa antigua y holgada, denogal
y sobre ella la misma blancura del mantel
y los cuadros de caza de anónimo pincel
y la oscura alacena, todo, todo está igual...
Hay un sitio vacío en la mesa hacia el cual
mi madre...
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