Poesia
dirigiendo a mi su habla con la punta
pues el solo filo ya me había sido acerbo,
recomenzó, sin indulgenciasiguiendo:
Dí, dí si es verdad; tan grave denuncia
requiere que tu confesión le sea adjunta.
Mi virtud estaba tan confusa
que mi voz se movió, peromurió antes
que por los órganos vocales fuera difusa.
Poco soportó ella; luego dijo: ¿Qué piensas?
Respóndeme; que las memorias tristes
en ti no hansido aún por el agua ofensas.
Confusión y pavura juntas mixtas
me empujaron un tal “sí” de la boca,
que a entender hiciera falta la vista.
Comorompe la ballesta, cuando se dispara
demasiado tensa, en cuerda y arco,
y la flecha con menos fuerza el blanco alcanza,
así estallé yo sometido agrave carga,
afuera manando lágrimas y suspiros,
y la voz demorada muerta en los labios.
Por lo que ella: Tras mis deseos,
que te conducían a amar elbien
más allá del cual no hay nada a qué aspirar,
¿qué fosos cruzados o qué cadenas
encontraste, que de pasar delante
debieras así desgajar laesperanza?
¿Y qué facilidades o qué ventajas
el atractivo de otros bienes te mostraron,
para que debieras rondarlos tanto?
Después de un suspiro amargo,recobré a penas la voz que responde,
y los labios con fatiga la formaron.
Llorando dije: Las presentes cosas
con su falso placer desviaron mispasos,
no bien vuestro rostro se escondiera.
Y ella: Si callases o si negases
lo que confiesas, no menos se notaría
tu culpa: ¡por tal juez se sabe!
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