Poesias para graduados...
Hace unos días me dijiste, querido alumno, que era fácil la tarea
de un profesor: “sólo tiene que explicar lo que ya sabe”. ¡Ay si tú
supieras...!
¿No te he dicho nunca que la mayorparte de lo que te enseño lo
aprendí sorteando los obstáculos contigo, creciendo yo también a tu
lado?. La Universidad te muestra el sendero; pero el camino sólo se
hace al andar.
Lograr quereconozcas los pronombres, que solventes una ecuación, que leas en inglés, o que valores la Ilustración, no me convierte
en una buena educadora. En un mundo plagado de información, yo
debocontribuir a tu formación.
Para que tú seas justo, yo debo ser ecuánime.
Para que seas tolerante, yo debo ser comprensiva.
Para que seas responsable, yo no puedo ser negligente.
Para que tú aprendasa quererte, yo debo darte ánimo.
Y, por encima de todo, debo ser paciente... ¡Muy paciente!
A veces me insinúas (en voz baja o sin palabras) que sea tu confi -
dente, que interceda por ti o ¿qué séyo!, porque tú, por pedir, que
no quede. De pequeño, te abracé y calmé tu llanto al entrar por
vez primera en el aula; al crecer, aumentaron mis exigencias y tus
reproches; en la adolescencia,sosegué tu ímpetu; y ahora te encamino hacia más altos vuelos, lejos de mí. Si alguna vez me asalta la
tentación de tirar la toalla, viene a mi memoria aquella sentencia
implacable del Principito:“Eres responsable para siempre de lo que
has domesticado”.
¿Conoces a Khalil Gibran? Es un poeta libanés. Espero no ser
presuntuosa si ahora atribuyo a los profesores unas frases que éldedica a los padres: “Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos,
como fl echas vivientes, son impulsados hacia lo lejos. Dejad, alegremente, que la mano del Arquero os doblegue. Porque, así comoÉl
ama la fl echa que vuela, ama también la estabilidad del arco y su
constancia”.
Cuídate mucho, querido alumno, ahora que me dejas, y sabe
que tu recuerdo y gratitud son mi mejor recompensa....
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