Pofesional

LA FLOR DE DALAI
“... los cuentos se consideran escritos como un tatuaje del destino, un delicado tatuaje en la piel de la persona que los ha vivido” (...) “Un cuento no es simplemente un cuento. En su sentido más innato y apropiado, es la vida de alguien. El numen de su vida y su conocimiento directo de los cuentos que narra son la «medicina» del cuento” Clarissa Pinkola Estés
A mis abuelosErase una vez un Rey que vivió en algún lugar de las vastas tierras de Abya Yala; sufría de una grave enfermedad que primero afectó sus ojos, de tal suerte que no podía ver lo que sucedía en su palacio ni en las extensas tierras que abarcaban su reino.
Uno de sus colaboradores sugirió que debían convocar a los mejores médicos del mundo para que visitaran al Rey y de esta manera poner remedio a laterrible enfermedad que lo debilitaba cada día más.
Así que, de un día para otro, fue necesario hospedar a los más afamados médicos que llegaron de diferentes y lejanos lugares, médicos que, nada más ni nada menos, habían sido titulados por las mejores universidades y que deslumbraban a sus pacientes por la cantidad de títulos que colgaban en las paredes de las frías salas de espera.
Llegarontantos médicos y de tantos lugares que fue necesario hospedarlos por varios días y hacer una lista en orden alfabético para que todos y cada uno tuviera tiempo suficiente para ver al Rey.
Después de una larga jornada, todos y cada uno de los médicos vieron al Rey pero extrañamente ninguno de ellos podía determinar exactamente qué tipo de enfermedad era la que lo martirizaba y conducía lentamente ala muerte. Ninguno de ellos supo recetar un remedio que pudiera siquiera aliviar su sufrimiento.
Los días pasaban y el desconsuelo se apoderaba de sus familiares y amigos. Todos veían como se apagaba la llama de la vida del mejor rey de todos los tiempos y que sabía gobernar con sabiduría y justicia. Todos querían al Rey porque en sus palabras y en sus actos leían los pensamientos y lossentimientos puros de un hombre que entrega su vida pensando solo en hacer el bien para que la armonía reinara en cada uno y desde cada uno de ellos para con el resto de integrantes de la comunidad: hombres, animales, plantas, montañas, ríos, cascadas, etc.
Largos días de silencio e inquietud se apoderaron del palacio y de sus habitantes entristecidos, quienes rodeaban al Rey sin poder hacerabsolutamente nada para poder ayudar y salvarle la vida. Pero sucedió un día que, muy temprano, cuando el alba deja ver aún la Estrella del Amanecer, llegó hasta las puertas del palacio un anciano que más que nada parecía un pordiosero, vestido con harapos, con los pies descalzos y que pedía que le permitieran ver al Rey. Los guardias, por supuesto, se opusieron desde el primer momento, nunca antes habíanvisto a este extraño personaje.
Fue entonces cuando el Rey, que siempre permanecía atento a todo lo que sucedía en su entorno, escuchó el murmullo de voces. Informado de lo que sucedía por una de las personas que lo atendía y cuidaba, el Rey pidió que dejaran pasar al anciano.
El anciano –que a propósito y como ya dijimos nadie sabía de dónde venía, nadie lo conocía, era extranjero en el plenosentido de la palabra, viajero, nómada, caminante incansable– se arrodilló con humildad ante su majestad el Rey y sin vacilar un solo instante vio y supo cuál era la enfermedad y con qué remedio podía curarse el Rey. Entonces, con la seguridad del sabio médico que conocía los secretos de las Plantas Sagradas, dijo, sin esperar más, que el Rey se curaría sólo si era posible encontrar la Flor de Dalai,solo que hacía una aclaración: solo la persona pura y limpia de corazón podría encontrar La Flor de Dalai.
Esta maravillosa flor –según decía el anciano- poseía la fuerza sanadora de miles de plantas reunidas en una sola, era el fruto de miles de millones de años de alquimia, producto del entrecruzamiento y mezcla de fuerzas y energías de diferentes plantas curativas, de los dorados rayos de...