Política para reflexionar

Los días en Mictlantecuala

Amanece Mictlantecuala con el soplido del viento colándose entre los callejones de las pocas más, pocas menos 100 chozas dispuestas por la extensión geográfica que ocupa el pueblito en el mapa.
Empieza el día con el canto de los gallos, que inaugura el inicio de las labores del campo. La cantina, lugar de recreo para algunos borrachos, abre sus puertas, tabloneslaqueados por anuncios de cerveza, que rechinan al moverse, a las 9 de la mañana. Justo en frente de la cantina, se encuentra el templo, sala de espera de los fervientes tertulios de la cantina. Juegan dominó temprano, fuera de la iglesia con el párroco y conforme el sol avanza alargando la sombra de la torre del templo, hacia la cantina, el cura se cambia el hábito por el mandil: ejerce desacerdote y de cantinero; según su dicho: las limosnas que deja el templo, solo le dan para llorar.
Sabedor del juego, que le fue enseñado con notorios trucos en el seminario, abate con facilidad a sus contrincantes. Pero les recompensa la derrota invitándoles las primeras cervezas de la mañana.
Además del templo y de la cantina, el centro del pueblo posee un intento de carnicería con un par de resesdestazadas y algo que parece ser carne de puerco; una farmacia con más estantes que medicinas; una fonda donde se sirven platos sebosos y mal preparados; y claro, una licorería, siempre bien surtida de todo tipo de menjurjes. Se puede leer en un letrero carcomido por el sol “CENTRO DE SALUD”, mismo que dispone de dos butacas y un médico que asiste cada quincena.
Eugéne W Warstreet, elterrateniente de este pueblito, es nieto de un Inglés que heredó la tenencia de la tierra, luego del “reparto justo” de la que fue objeto durante el gobierno del general Zamarripa. Su abuelo Sir John W. Warstreet, quien anticipó el hecho de que serían baratas las tierras y ofreció por ellas una mínima parte de su costo real, y eso ya hace tres generaciones.
El oficio de “Míster Guar”, como es conocidoentre los pueblerinos, consiste en exterminar de a poco a los pueblerinos mediante la excesiva carga de trabajo en condiciones infrahumanas, entre otros trabajos de hasta 14 horas diarias y cobrándoles el agua para beber, les hace moler avena –que no necesita- descubiertos de la cara y en lugares cerrados; desde luego, es aficionado a pagar una bicoca, mismo sueldo que será todavía dividido en variosimpuestos inventados.
El comercio en Mictlantecuala se realiza dos veces por semana, en una suerte de tianguis, en las calles al costado de la iglesia. El señor Warstreet es dueño de ese tianguis. Hombre inteligente y educado en la Universidad de Economía de Chicago, controla la producción de frutas y verduras en su tierra; es dueño de los puestos donde se lleva a cabo la trata de productos yde imponer los precios a las mercancías, según las cotizaciones que infla con sus amigos en la capital.
Las quejas contra el “sistema de eficiencia laboral” –como Warstreet le llama-, le parecen irrisorias, pues considera falto de sensatez que sus trabajadores quieran trabajar menos y peor aún, cobrar más. Medio de broma y medio de enojo les responde en general: el sol sale diario y un poco másde 12 horas, jamás cobra y nunca se queja ¿por qué ustedes sí?
Como es notorio, en Cuala –como le llaman sus habitantes- no existe ninguna escuela, el servicio de agua potable es irregular y la luz eléctrica solo funciona en el centro del pueblo, en un poste con un solo foco incandescente en el cual los días de lluvia, cientos de mosquitos se agazapan en su rededor. El cuerpo policiaco consisteen 20 elementos malnutridos que haraganean en sus horas muertas en la comandancia.
El presidente municipal, impuesto por el antojo del míster, cumple con autonombrarse licenciado, sin que algún ciudadano de Cuala haya tenido la oportunidad de comprobar, puesto que no es de ahí. Aunque todavía queda en la memoria de los paisanos la estruendosa tambora que llevó acompañándolo por cada callejón y...