Polar
En una sociedad anónima se junta, en principio, el esfuerzo de miles de personas. Pequeños aportes, reunidos, permiten realizar negocios que cada accionista no podría emprender por símismo. Si el negocio tiene éxito, más gente querrá comprar acciones y el capital de esa manera crecerá. Es el círculo virtuoso del capitalismo, elogiado hasta por Marx.
Ese era, aparentemente, elcaso de La Polar. En ella había miles de accionistas a través de fondos mutuos y administradoras de fondos de pensiones. Los fondos de los trabajadores financiaban un retail que daba crédito a otrostrabajadores. Gente modesta que, gracias a la técnica de las sociedades, financiaba a otra gente modesta.
Como quien dice, el capitalismo popular en su forma más genuina.
Para que algo así funcione, sinembargo, se requiere que los gerentes (es decir, quienes administran los dineros del público) entreguen información fidedigna, que el directorio de la sociedad cumpla con su deber de controlarlos,que los auditores profesionales verifiquen las cuentas.
Pero en el caso de La Polar nada de eso ocurrió.
Los gerentes (usando el dinero del público) dieron crédito a granel y cuando la gente no pudopagar decidieron repactar los créditos a sus espaldas. Así evitaban hacer provisiones o reflejar esas pérdidas en los balances. El resultado era magnífico: como las cosas aparentaban estar cada vezmejor, la gente compraba más acciones. Los managers -que conducían la operación aprovechaban de vender sus propias acciones y así ganaban dinero a manos llenas.
Ni el directorio advirtió la trampa, nila empresa auditora se dio cuenta de la forma en que se adulteraba la información.
Inaceptable.
Ocurre que la función de los directores -los más antiguos eran Pablo Alcalde, Andrés Ibáñez, FranciscoGana, Heriberto Urzúa- consiste justamente en evitar que estas cosas ocurran. A ellos se les paga -y bastante bien- para que ejerzan control respecto de los managers que, de otra forma, podrían...
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