politica ciminal
(MÉXICO Y CHILE)
Armando JUÁREZ BRIBIESCA1
Marco Antonio MEDINA RAMÍREZ2
Cómo apareció el hombre en la tierra? ¿Quiénes
son sus antecesores? ¿Lo creó Dios, según afirma la religión? ¿O apareció como resultado de
un largo proceso del desarrollo natural-histórico?/José Augusta/Zdenek Burian.
SUMARIO: I. Introducción. II. Política criminal como política pública.
III.Métodos, funciones, fines y límites de la política criminal. IV. Las
adversidades de la prisión en la etapa de ejecución en el proceso penal. V. Los desafíos, programas, instrumentos y estrategias. VI. Una
dolorosa lección, respecto a la ausencia de una auténtica política criminal en Chile. VII. Conclusiones. VIII. Bibliografía.
I. INTRODUCCIÓN
La expresión política criminal se emplea desdeel siglo XVIII en varios
sentidos y bajo concepciones, de muy difuso contenido que le han llevado a perder su carácter semántico (modelo de política criminal). En
nuestros días, predomina un concepto que le asigna la función de establecer un estándar (deber ser), para configurar la legislación y jurispru-
1 Licenciado en derecho (preespecialidad: penal) por la Facultad de Derecho de laUniversidad Nacional Autónoma de México y asistente de Investigación en el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la misma Universidad.
2 Licenciado en ciencias jurídicas y sociales, por la Universidad Central de Chile; docente jornada de la Facultad de Derecho, de la Universidad Uniacc, Santiago de Chile. Magister en Docencia y Gestión Universitaria, por la Universidad Autónoma de Chile; cursadoctorado en Educación en la Universidad de Sevilla, España.
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JUÁREZ BIBRIESCA / MEDINA RAMÍREZ
dencia penal, con el objeto de propender a la eficaz protección de la sociedad.
Su configuración en nuestro país, no se aleja de este errático divagar
que entre aciertos y fracasos condicionan al sistema en general. Así no
nos ha de extrañar como hasta antes de la reforma, se limitaba alestablecimiento de ciertas estrategias en forma de modelos rústicos que, (en
México fue con Porfirio Díaz que se hablo por primera vez de este
tema), dada su falta de sistematicidad y coherencia con los principios
rectores del Estado, se confrontan flagrantemente, dando pauta para
asistir al triste espectáculo de reiteradas y graves violaciones a los derechos humanos en nuestros días, lo quedevalúa nuestro sistema político
al punto de desnaturalizarle en su substancia, desatendiendo sus obligaciones internas y los compromisos suscritos con la comunidad internacional.
Dado este escenario no resulta difícil comprender las deficiencias que
este tipo de modelos políticos presentan en su orientación, ni menos las
restricciones a que han estado sometida, en que su teleología, hasufrido un reduccionismo tal, que limitadamente solo se le han visto dirigidas
a satisfacer intereses aislados, impuestos por los grupos de poder dominantes y con miras a dar soluciones parciales al problema del delito. En
no pocos casos, estas decisiones resultaran ser más ilusorias que reales, y a pesar de su evidente fracaso, permanecen inexplicablemente
ajenas a los ciudadanos.
Esta posturaencierra un grave yerro, por cuanto la política pública en
materia criminal no sólo debe importar a un determinado sector o área
específica del sistema general, sino que debe comprender tanto los discursos como objetivos de todos los operadores institucionales y de la
sociedad civil organizada a quienes incumbe el fenómeno delictual.
En la actualidad a la política criminal, se le considera unsaber que
tiene importancia radical para los dos grandes momentos de la definición penal, esto es, tanto para el de incriminación primaria como para el
de incriminación secundaria. Interesa entonces, para el proceso en que
la norma crea el delito definiendo el hecho susceptible de reacción punitiva y para la aplicación que de ella hace el órgano jurisdiccional definiendo al delincuente.
Su...
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