Politica
De muy distinto orden son las explicaciones de nuestro apoliticismo. Desde características fundacionales del Estado colombiano que no logró constituirse comorepresentación general, pasando por hechos más recientes como el sectarismo letal de los años cuarenta y cincuenta hasta la disolución de las diferencias partidistas en el Frente Nacionalque para terminar con el sectarismo anuló el debate y la competencia partidistas y, de contera, degeneró la política en mera mecánica electoral.
De persistir la opinióngeneralizada de que la política es el dominio de la mentira, el incumplimiento y la corrupción y las actitudes correlativas de apatía, delegación o abstención, la democracia colombianamantendrá el rasgo que más la desfigura: la ausencia del pueblo en las decisiones fundamentales.
Construir la democracia, instruir en el civismo, pasa entonces por erradicar como yerbaperniciosa el apoliticismo de la inteligencia y la voluntad de los colombianos. Un pueblo que reivindica la política como la actividad más noble y meritoria, que solo da paso a laescena política a los mejores servidores, que delibera como en asunto propio sobre los destinos colectivos y decide con madurez, este es el pueblo que debe formar nuestra escuela.
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