Politica
Si una forma de saber está más cercana al ideal-límite de la cientificidad cuanto más logra eliminar la intrusión de juicios de valor (la llamada "avaloración"), laciencia política está ciertamente entre aquellas ciencias en que la avaloración se presenta como más difícil de lograr. Cuando se habla de avaloración no se hace referencia ni a la valoración quepreside la elección del argumento por estudiar (elección que puede depender muy bien de una preferencia política) ni la valoración que el investigador puede sacar de los resultados de la investigación alos fines de reforzar o debilitar un determinado programa político (en eso consiste la función crítica o prescriptiva a la que la ciencia política no puede renunciar). Se hace aquí referencia a lasuspensión de los propios juicios de valor durante la investigación para evitar de esa manera ser influida y perder objetividad. Es necesario tener siempre presente la distinción entre la ciencia comooperación humana social, que en cuanto tal es asumida y utilizada para objetivos sociales, y los procedimientos prescritos para el mejor cumplimiento de esta operación, entre los cuales ocupa un puestoimportante la abstención de juicios de valor. La avaloración, que es garantía de objetividad (sólo el carácter de objetividad asegura a la ciencia su característica función social), es perfectamentecompatible con el compromiso ético y político respecto del argumento previamente elegido o de los resultados de la investigación, que garantiza la relevancia de la empresa científica. El peligro de queuna investigación en la que el investigador está demasiado empeñado carezca de objetividad no es menos grave que el peligro inverso, esto es que una investigación perfectamente objetiva carezca derelevancia. Es realmente deplorable la confusión entre objetividad e indiferencia: la objetividad es un requisito esencial de la ciencia; la indiferencia es una actitud -no provechosa para la buena...
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