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ESTADO Y SOCIEDAD: NUEVAS FRONTERAS Y REGLAS DE JUEGO
Oscar Oszlak

De crisis y culpables

El estado y la sociedad argentina están en crisis. Ya con certeza, atravesando la mayor crisis que haya enfrentado nuestro país. Una crisis que no es sólo económico-financiera, sino también política, social, institucional, ética, cultural y moral. Nunca en nuestra historia como país convergieron, aun mismo tiempo, tantas facetas críticas de lo que podemos denominar propiamente, un modo de organización social.
Durante todos estos años de retroceso ha sido habitual dirigir la mirada hacia el estado como un factor decisivo en el desencadenamiento de la crisis, sobre todo por su gigantismo, ineficiencia y voracidad fiscal. No es extraño pues que el debate sobre el rol apropiado del estadoemerja cada vez que las sociedades atraviesan crisis profundas. La sociedad necesita hallar a los responsables, aun cuando a menudo sólo logre identificar chivos expiatorios. Una sociedad en crisis muestra por lo general signos de desintegración. En la medida en que el estado constituye el principal factor articulador de la sociedad, esos signos de ruptura cuestionan su capacidad para desempeñar estefundamental papel integrador.
En última instancia la crisis involucra un modelo global de organización social que resulta inadecuado para sostener un proceso de desarrollo económico que, a su vez, tome en cuenta mínimamente criterios de equidad distributiva. En la medida en que el producto bruto interno se estanca o decrece y la desigualdad social se acentúa, las instituciones económicas ypolíticas comienzan a ser observadas críticamente y los actores relevantes comienzan a buscar claves conducentes a modos más racionales de asignar recursos y gestionar la actividad social. Esta necesidad se vuelve más acuciante cuando la "brecha de gestión" deteriora la gobernabilidad de la sociedad y amenaza la propia continuidad de la democracia.
Bajo estas circunstancias, la atención se traslada alestado como el principal factor contribuyente de la crisis. En su diagnóstico sesgado, expresiones como hipertrofia y macrocefalismo son utilizadas para referirse a esta aparente sobreexpansión de la intervención estatal que, en la medida en que malgasta recursos productivos e interfiere en la libre voluntad de actores privados (y públicos), tiende a suboptimizar la asignación, a distorsionar ladivisión social del trabajo y a disipar los beneficios del irrestricto funcionamiento del mercado sobre el que debe basarse el capitalismo.
Quién debe estar a cargo y en control de qué se convierte en la nueva preocupación y en el meollo del debate político. El objetivo pasa a ser la fijación de un nivel más bajo y un alcance más estrecho de la intervención del estado, a despecho de otros posiblescostos sociales que puedan surgir en el proceso. Hallado el culpable de todos sus males, y sacrificado en el altar del ajuste estructural y el déficit cero, la sociedad podría dedicar sus energías creativas a crecer sin el tutor asfixiante de un aparato que consumía sus recursos y coartaba su iniciativa con el único objetivo de sobrevivir y agrandarse.
Pero, ¿se habrá identificado al verdaderoresponsable? De no ser así, es lícito suponer que quienes realmente dieron origen a la hipertrofia estatal continuarán operando, quizás anónimamente, bajo otros ropajes. Es decir, si los "culpables" siguen sueltos, es posible que reaparezcan y continúen utilizando mecanismos (v.g. gestión de negocios, golpes de mercado, usura fnanciera) conducentes a la obtención de privilegios diversos queimpliquen transferencias indeseables de ingreso o recortes a los grados de libertad de terceros. Entre ellas, la socialización de deudas, la captura burocrática, la obtención de subsidios, la creación de monopolios u oligopolios en la producción de bienes o provisión de servicios, y la conversión del estado en rehén del gran capital especulativo.
Es ingenuo suponer que las tendencias "expansivas"...