Politica

En materia política, la desesperanza, la frustración y la fatiga cruzan transversalmente la conciencia de todos los guatemaltecos, a excepción de los políticos, claro está, que anhelan con frenéticaansiedad la realización de las elecciones para consumar el asalto al poder. En Guatemala, los políticos no respetan a su pueblo, no presentan soluciones lógicas y precisas para resolver los agobiantesproblemas que padecemos. Hacen inescrupulosamente toda clase de alianzas abiertas o encubiertas, priorizan el repartimiento de cuotas de poder, el tráfico de influencias y sobretodo, los mecanismosque les garanticen impunidad. Hay que reconocer que la mafia política en Guatemala se ha profesionalizado como pocas en el mundo. ¡Y son tan cínicos que piden a quienes intentamos generar opiniónpública que no los desprestigiemos!

¿Por qué engañarnos? ¿Por qué crear escenarios fantasiosos tan distantes de la realidad? Ciertamente todos quisiéramos vivir en democracia, todos quisiéramos ver,sentir y valorar las próximas elecciones como un encuentro cívico esperanzador en el cual los políticos más capaces, honestos y valientes pudiesen ser electos para conducir con sabiduría y éxito elaparato público en Guatemala. Pero es todo lo contrario. Basta con revisar la calidad moral, cívica y académica de la mayoría de candidatos para percatarnos de que se nos ofrece más escoria que valores.Afortunadamente, nuestro pueblo, mayoritariamente pobre y sufrido, ya abrió los ojos. Y lo afirmo ahora y aquí: el abstencionismo en las próximas elecciones dejará sin palabras y sin explicaciones, alos entusiasmados organizadores de este degenerado ritual. Ya lo verán.

Las autoridades electas gozarán de legalidad (espuria pero sistémica), pero no de legitimidad, porque la legitimidad la da elconsenso. Y personajes electos con mínimos porcentajes no representarán prácticamente a nadie desde la perspectiva social, a excepción de representar eso sí, los intereses de quienes les hayan...