politicas publicas
DE BASE Y LA CONSTRUCCIÓN DE ESPACIOS PÚBLICOS DE
CONCERTACIÓN LOCAL
Manuel Canto Chac 1
1
Profesor – Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. Presidente de la Red Mexicana de
Investigadores de la Sociedad Civil.
Introducción
Actualmente hay cientos de textos en circulación que alimentan las bases de datossobre el tema de la
Participación Ciudadana en el ámbito público. La mayoría de los organismos multilaterales que actúan en
América Latina –tales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, la Comisión Económica para América Latina- la consideran un
componente fundamental del desarrollo y de la democracia. En el procesoactual de superación de las etapas
en las que –alternativamente- todo se esperaba del Estado o todo del mercado, la participación se vuelve un
tema central toda vez que se reconoce que ni Estado ni mercado por sí solos puede ser los garantes de la
vida pública y que la democracia reclama la reapropiación de la las instituciones políticas por parte de
aquellos que, al menos teóricamente, son sussoberanos: los ciudadanos.
Esta preocupación por la participación se expresa claramente en los cambios legislativos ocurridos en
América Latina. En diferentes países se legisló sobre la participación, en 1988 la Constitución de Brasil
introdujo entre las prácticas reconocidas la participación; la constitución de Colombia en 1991 introdujo
también el tema de la participación en los distintosniveles de gobierno. En 1994 Bolivia aprobó la Ley de
Participación Popular. En 2003, teniendo como antecedentes legislaciones locales para el Distrito Federal,
México aprobó las leyes de Fomento a las Actividades de las Organizaciones Civiles por un lado y, por otro,
de Desarrollo Social. En todas estas formas legislativas se institucionalizan principios, mecanismo de
concertación y deliberacióne instrumentos de relación de la sociedad con el gobierno.
Sin embargo, pese a la relevancia de estos avances actualmente se tienen dudas fundamentadas de la
influencia real que sobre las políticas públicas tengan los actuales mecanismos participativos, o sobre si los
mecanismos de concertación y deliberación realmente alcancen a las decisiones de los gobiernos. En Brasil
se tienen dudas desi la experiencia de los presupuestos participativos –tal vez la más connotada de América
Latina- no ha entrado en una fase de agotamiento (Ricci), o si incluso ha generado los efectos contrarios que
se propuso, de poner al alcance de los excluidos los recursos públicos (Cavalcanti y Maia). En Bolivia se
expresan dudas sobre la eficacia de la Ley de Participación Popular en tanto que define unsolo mecanismo
de representación territorial (Campero y Gray). En Colombia se duda si la legislación haya tenido el efecto de
propiciar la participación social en las políticas públicas (Velásquez y González, 2003). En México se duda si
se cuente con los instrumentos para ejecutar lo normado en las leyes en cuanto a participación (MCD).
Sería proponer una visión sesgada si supusiéramos que sóloen América Latina se da un cierto desencanto
sobre los alcances reales de lo institucionalizado en cuanto a participación. Hace algunos años un reconocido
académico y dirigente de organizaciones civiles de Francia concluía sobre la política de participación de éstas
en el desarrollo local: “parece que la interlocución entre asociaciones y poderes públicos sólo ocasionalmente
tiene el nivel decalidad que requiere esta política, se inclinan más a hablar de medios que de objetivos y al
final, sólo ocasionalmente llegan a ascender de un sistema de regulación tutelar a un sistema
verdaderamente contractual” (Théry: 50)
Ante este panorama, teniendo en cuenta avances y limitaciones, esperanzas y frustraciones, pero sobre todo,
reconociendo que la participación de las organizaciones de...
Regístrate para leer el documento completo.