politicas publicas
Estado en Transformación”. Caracas, 1999
Las transformaciones necesarias en la capacitación de servidores públicos para un Estado en
transformación
Patricia Carolina Jara Males
I
El contexto político y económico que enfrenta actualmente el país, deviene en la necesidad deincorporar a la agenda pública temas relativos no sólo al rol del Estado, sino también a su estructura y
administración.
La mirada crítica del discurso modernizador ha sido puesta en el Estado y su aparato burocrático.
Al respecto, los diagnósticos han sido categóricos: una estructura obsolescente con esquemas
operativos inadecuados y altamente rígidos que en nada se condicen con la tendenciamodernizadora
global a la que el discurso político del gobierno se adhiere, en tanto propósito formal de su gestión. La
modernización del Estado en general, y de la gestión pública en particular, son temas prioritarios de la
agenda política del actual gobierno, por lo que se le ha conferido alta prioridad.
Pero pese a que la noción del ‘ser moderno’ es una expresión ampliamente difundida en laconversación pública de diferentes actores, aún no se ha precisado lo que la modernización significa y
cuáles son sus consecuencias prácticas cuando se la expresa en un programa de transformaciones
coordinadas desde el nivel central. En el contexto de este trabajo, se asumirá la modernización del
sector público, como aquel proceso de cambio originado por la noción progresista y el sentido dedisconformidad con el estado actual de la estructura y dinámicas de la administración pública, las que
se constituyen en la motivación principal para dar curso a transformaciones de orden institucional.
El discurso ligado a esta modernización, se ha caracterizado, fundamentalmente, por la
connotación eficientista que se le ha conferido y que señala como su principal aspecto constitutivo, unanueva racionalidad que pretende potenciar las capacidades instrumentales del Estado, mejorando sus
rendimientos y aumentando su productividad. Bajo ese punto de vista se releva la cualidad más
económica de la modernización, toda vez que la noción de eficiencia de la gestión se asume como el
imperativo de un nuevo modelo para la administración.
Esta noción se ha apoyado en la convicción de que,por un lado, no es posible sostener
nuevamente un déficit fiscal como el registrado en décadas pasadas, y que el gasto social no puede
incrementarse de manera sostenida. Pero por otro lado, obedece a la necesidad del propio Estado de
legitimar ante la ciudadanía, la gestión de su administración, potenciando la efectividad de sus
políticas, economizando procedimientos y mejorando susresultados.
A ello se suma otro factor de no menos importancia: junto con la creciente desafección política
de los ciudadanos y la falta de credibilidad que parece atravesar a las autoridades e instituciones,
persiste entre la ciudadanía la imagen de un Estado distante y poco comprometido con los problemas
del cotidiano. Por otro lado, el gobierno ha promovido la imagen de un país exitoso y bienposicionado
a nivel internacional en términos de su crecimiento económico, frente a lo cual la opacidad del sector
público y el anquilosamiento de sus estructuras se ha hecho aun más visible. Por tanto se demanda
desde la ciudadanía y desde el interior del propio Estado, que éste incorpore a su aparato administrativo
las tendencias innovadoras y modernizadoras que han permeado otras esferas de lavida pública del
país.
Por lo mismo es que se ha alcanzado cierto consenso en torno al rechazo de un modelo
organizacional cuya esencia burocrática, jerárquica y altamente normativa, es incompatible con las
funciones atribuidas a un Estado más eficiente y mejor adaptado. La cultura de ventanillas y timbrapapeles se asocia precisamente a la ortodoxia burocrática más tradicional, cuyo reemplazo...
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