politicas
Durante los años noventa, las economías de América Latina y el Caribe emprendieron profundos procesos de reforma estructural y nuevas orientaciones de política económica. A la liberalización de los mercados financieros nacionales y el inicio del proceso de apertura comercial, le siguieron la rápida liberalización de las corrientes de capitalescon el exterior y, en algunos casos, procesos intensos de privatización de empresas estatales. Este conjunto de reformas propició aumentos del comercio exterior, en particular de las exportaciones, y mayores montos de inversión extranjera directa. Sin embargo, los países de la región quedaron lejos de haber trazado un sendero de crecimiento intenso y sostenido. El documento analiza las razonespor las cuales esto puede haber sido así. Se afirma que el vínculo entre la apertura comercial y el crecimiento económico no es inequívocamente positivo, ya que importa la forma y el contexto en el cual se lleva a cabo la apertura. La forma cómo se procesan los cambios al interior de las economías es clave para que el tejido productivo resulte reforzado y no destruído. El vínculo entre mayoresexportaciones y crecimiento tampoco es automáticamente positivo, ya que depende del tipo de exportaciones de que se trate y del potencial que éstas tengan para generar encadenamientos dinamizadores del resto de la estructura productiva. Algo similar sucede con la inversión extranjera directa. No existe un vínculo inequívocamente positivo entre IED y crecimiento debido a que éste depende del tipo de IEDde que se trate, de los intereses que persiga donde se instala y de los sectores donde se lleva a cabo. Existe, por lo tanto, un amplio margen para las políticas productivas que deberán propiciar esos encadenamientos y lograr que la inserción exportadora y la inversión extranjera sean elementos que aporten dinamismo a las economías de la región. El documento termina precisamente con un análisisde las características que deben tener esas políticas productivas para cumplir con el objetivo mencionado.
PERÚ. “¿POR QUÉ FRACASAN LOS PAÍSES?” Acemoglu y Robinson (2012) plantean la tesis de que las grandes diferencias de ingresos y nivel de vida entre los países ricos y pobres está en los sistemas institucionales que ha creado cada uno. Las instituciones de los países pobres solo hanperpetuado en gran medida la desigualdad. Estos modelos institucionales generan incentivos muy dispares a los emprendedores y a las empresas que pudieran invertir en esos países.
En principio, solo la generación de incertidumbre y la falta de un Estado de derecho pueden hacer que los inversionistas, sobre todo aquellos cuya inversión acarree más riesgo y más costos, se alejen. Los esquemas que le danopacidad al quehacer público, que permiten la cleptocracia y la corrupción, y que entorpecen el diálogo democrático entre grupos legítimos de interés, encarecen en todas las formas posibles la labor del ciudadano y el emprendimiento.
América Latina no ha dado señales importantes de un cambio institucional que nos lleve a más desarrollo e igualdad; vemos problemas en países que son consideradosentre los del grupo de los 20 como México, Brasil y Argentina, así como países con menor nivel de desarrollo relativo, como el nuestro.
El Perú no ha escapado de esto. Vale la pena recordar que nuestro país se convirtió en un paria internacional a finales de los 80, y que le costó mucho recuperar su imagen como país, por lo menos en lo económico, en los 90. También que, durante la primera década delsiglo XXI, recuperó la confianza de los inversionistas, pues vieron con optimismo el retorno de la democracia, en paz social y con una línea de manejo económico responsable y promotora de la inversión.
Es cierto: todavía la mayoría de las inversiones está en industrias principalmente extractivas y, recientemente, en infraestructura productiva. Sin embargo, ya vemos incipientes niveles de...
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