POLOTICA PUBLICA Y ETICA

RELEVANCIA DE LA ETICA EN LA FORMULACION DE POLITICAS PÚBLICAS
ALBEIRO BENJUMEA P


En esta época pos moderna en la cual se debe hacer alarde de estar armonizados con las “mega tendencias mundiales”, quienes ostentan el poder definen y ejecutan políticas de gobierno que rinden culto a las “libres fuerzas del mercado” y los grupos económicos, pasan a definir la agenda pública y a actuar comopoderes de gran influencia en la resolución de los problemas nacionales mediante metodologías de investigación social denominadas políticas públicas, definidas como “la existencia de un conjunto conformado por uno o varios objetivos colectivos considerados necesarios o deseables y por medios y acciones que son tratados, por lo menos parcialmente por una institución u organización gubernamental conla finalidad de orientar el comportamiento de actores individuales o colectivos para modificar una situación percibida como insatisfactoria o problemática” (Roth, 2003), desde una perspectiva democrática, no existen postulaciones capaces de defender sólidamente la tesis de que la elaboración y gestión de la vida pública pueda realizarse sin la mediación de la política. Los partidos políticos, asu vez, son insustituibles para la profundización de la democracia, para el mantenimiento del consenso mínimo alrededor de un proyecto nacional (Guimarães, 2002).
Las políticas públicas entendidas como decisiones tomadas desde una posición de poder que con cualquier intencionalidad la selección deliberada de acciones afectan el espacio público y a un pueblo deben estar vinculadas de manerainevitable a una posición ética, cabe entonces preguntarse ¿Qué papel juega la ética en el análisis de la política pública?, ¿Qué problemas y desafíos presenta el contexto actual a las políticas públicas?, ¿Cómo afrontar los desafíos de la globalización desde las políticas públicas?

Estas preguntas cobran importancia cuando se reconoce que la gobernabilidad, se funda hoy en las posibilidades desuperación de la pobreza, de la marginalización y de la desigualdad. Las nuevas bases de convivencia requieren de escenarios y decisiones que ubiquen al ser humano en el centro del proceso de desarrollo, que el crecimiento económico sea considerado como medio y no como fin, que proteja las oportunidades de vida de las generaciones actuales y futuras (Guimarães, 2002).
Indefectiblemente, con laaparición de la globalización y el neoliberalismo la economía se ha convertido en un fin dejando de lado el bienestar humano, todo lo que no posea valor monetario, todo aquello para lo que no se pueda establecer un precio, carece de valor. Y el mercado es el contexto en donde tienen lugar los intercambios de productos y servicios. Es decir que en ese contexto es en dónde se llevan a cabo lasofertas, las demandas, las compras y las ventas (Borísov, Zhamin y Makárova, 1965), el ser humano en función de las utilidades que pueda aportar y no en función de su verdadera esencia, este orden viene siendo aceptado en todos los campos sociales y muchos de nosotros lo aceptamos de manera sumisa o resignada.
En este orden de ideas, ninguna política podría aspirar a la neutralidad ética, alseleccionar problemas y elegir caminos para la acción pública, toda política es también una afirmación de valores. Toda política pública debe revisar primero la concepción de ser humano sobre la cual se va a desarrollar a fin de evitar los riesgos latentes que llevan a un proceso deshumanizador.

En el campo de la educación, las políticas publicas al parecer no han tenido claro que antes que mercancía laeducación es un servicio y no han tenido un carácter neutro respecto de los intereses que confronta una sociedad, desde el planteamiento de iniciativas que buscan una articulación de la educación con los requerimientos de desarrollo material de la sociedad, en Colombia durante los gobiernos de Cesar Gaviria 81990-1994), Ernesto Samper (1994-1998), Andrés Pastrana Arango (1998-2002) y el de...