Pompei
El Emboscado (I)
Sobre Ernst Jünger.
Por Marcelo Pompei
“No tenía cabida en la parte inferior de la escala, y menos aún en la de arriba”
Ernst Jünger. El tirachinas, 1983.
Hay autores para leer. Hay autores para estudiar. Hay autores para trabajar. Hay autores para renegar. Hay autores para adornar. Hay autores para recobrarse. Hay autores para rumiar. Éstos últimos son los que sellevan siempre. Los que se nos adhieren. Los que interrumpen el sueño. A los que se regresa. A los que se reivindica. A los que uno se abraza en los naufragios. Quiero hablar, para quien no lo conozca aún, de uno de ellos. Ernst Jünger.
Declararse lector de Jünger no es fácil. E incluso en ciertos ámbitos hasta peligroso. No es que se trate de un acto que requiera de una cuota alta devalentía. Ni porque su prosa sea escarpada. Tal vez por dos motivos iniciales: porque abundan los comisarios morales y por los temas abordados por Jünger. Sus puntos de vista. A lo que hay sumarle las circunstancias históricas en las que se vio involucrado y dentro de las cuales escribió su enorme obra. Su dificultad está en sus ideas. Más bien habría que decir en el desarrollo variable de sus ideas a lolargo de sus ciento tres años de vida. Es mucho tiempo para mantenerse inmutable. Durante el siglo XX el mundo se agitó con violencia. Jünger no esquivó ninguna de las sacudidas de los primeros 50 años. En su caso no se trata de una acumulación perezosa de años, sino de experiencias, de actividades, de preocupaciones y ocupaciones. De guerras, de libros, de insectos, de drogas. Comienzo con unareseña biográfica.
Nació el 9 de marzo de 1895 en Heidelberg. Alemania. Su padre, también Ernst, fue farmacéutico y químico. Contaba con un comercio de medicinas que dejaba al alcance de su hijo algunos elixires de la felicidad. Jünger fue el mayor de siete hermanos a los que sobrevivió con tenacidad prusiana. Uno de ellos, escritor y poeta, Friedrich Georg. También traducido al castellano, peromenos localizable.
Ernst crece en Hannover. Se educa en un internado de aquella ciudad y en otro en Brunswick. Es un alumno distraído, ido: "Yo había inventado una especie de indiferencia distante que me permitía no estar ligado a la realidad sino por un hilo invisible como el de la araña.". Para esta época adquiere experiencia de vagabundo con el Wandervögel. Una especie de grupo deexcursionistas fantasiosos que recorren los bosques de la región, acampan, se entregan a la naturaleza con ánimo romántico. Se funden con los elementos, concepto jüngeriano por excelencia. Se cuentas historias. Aprenden. Se engañan con visiones nacionalistas. Se entregan a la cerveza. Conoce su primera ebriedad. Esto lo relatará más tarde en uno de sus libros más difundidos y quizás más arduos: Acercamientos.Drogas y ebriedad.
No será la única experiencia de viajero. Antes de terminar su escuela secundaria se fuga de la casa y se alista en la Legión Extranjera. Con mentiras sobre su edad y su condición logra sortear la frontera hacia Francia y de allí alcanza el norte de África. Se asusta. Los legionarios no son más que un grupo de cretinos y criminales ambiciosos. África lo decepcionó. Los relatosafricanos no son africanos. Su expedición dura algo más de un mes. Se convierte en desertor con la ayuda de su padre, quien le reclama que no vuelva sin antes haberse tomado una foto. Su padre es condescendiente con su ansiedad escapista. En 1936 publicará aquello en su novela Juegos africanos. Su otra novela con experiencias de juventud escolar será El tirachinas de 1973.
1914. Guerra. La GranGuerra. Se alista por propia voluntad como soldado. Pelea en las trincheras en el frente francés. Jünger fue soldado de batallas crueles. Verdún. Cambrai. El Somme. Su participación en la guerra termina con la guerra. Le deja 14 heridas en el cuerpo. Y uno de sus textos que lo popularizó, las Tempestades de acero. Rescrita y publicada varias veces. Corrige. Cambia. Allí se lee la gran...
Regístrate para leer el documento completo.