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V. IV. La educación del hombre burgués.

El comercio y poco después la industria, habían disminuido las distancias que separaban a la burguesía y la nobleza; habían introducido en la educación lanecesidad de nuevos métodos y aflojaban cada vez más las trabas que el feudalismo imponía a su propia expansión: los privilegios de las corporaciones, los obstáculos al tráfico, la tiranía de lasaduanas, las diferencias en las legislaciones, en las costumbres y en los idiomas.

La libertad de comercio, que era para la burguesía una cuestión vital, impuso también como consecuencia necesaria lalibertad de ese otro comercio de las creencias y de las ideas. La burguesía se esforzaba en quitar a la Iglesia de la posición que le quedaba.

Después de tantos siglos de sujeción feudal, laburguesía afirmaba los derechos del individuo como premisa necesaria para dar satisfacción a sus intereses. Libertad absoluta para contratar, para comerciar, para creer, para viajar, para pensar. Nunca sehabló como entonces de la “humanidad” y de la “cultura”, de la “razón” y de
“las luces”. En un momento dado la burguesía asumió frente a la nobleza la representación de los derechos generales de lasociedad.

Otro fenómeno de una importancia extrema comenzó a manifestarse al mismo tiempo. Cuando la producción de mercancías alcanzó determinado desarrollo, una nueva forma de apropiación apareció enel mundo: la capitalista. Donde el obrero ya no se apropia el fruto de su trabajo.
En un principio el obrero cambiaba el objeto que él había producido por otro objeto producido en igual forma y devalor equivalente. Con la creación del comercio mundial y la aparición de cantidades grandes de “obreros libres” que ofrecían en venta su fuerza de trabajo, los cimientos de un nuevo régimenaparecieron: un régimen en el cual lo que el capitalista da al obrero en cambio de lo producido por su fuerza de trabajo es extraordinariamente inferior a lo que lo producido vale. Es decir, el capitalista se...