Ponencia pablo toro

Tema 4: Historia de las prácticas educativas
Ponencia: La letra, ¿con sangre entra? Notas iniciales para el estudio de los castigos, la disciplina y la violencia en el liceo chileno en la segunda mitad del siglo XIX
Autor: Pablo Andrés Toro Blanco
Institución: Programa de Doctorado en Historia Pontificia Universidad Católica de Chile; Universidad Alberto Hurtado.

I. Según lo quecomunicó el Rector del Liceo de Concepción al Intendente provincial, durante la noche del 8 de septiembre de 1859 el orden interior del liceo se vio amenazado por preocupantes muestras de rebelión de parte de algunos alumnos que “cediendo a sus malos instintos trataron, sin que para ello hubiese antecedente alguno, de apoderarse de la persona del vicerrector y de dos inspectores para realizar, sinduda, depravados intentos(...) Varios jóvenes internos preparados de antemano con caretas y un par de pistolas se habían puesto de acuerdo para ser apoyados en su propósito con algunos externos, entre los cuales yo mismo tuve ocasión de encontrar un estoque”[1].

Aquellos trazos apurados de la pluma sobre el papel, ejecutados hace ya casi siglo y medio, se erigen en testimonio de un episodiocrítico al interior de un pequeño mundo en construcción, el liceo, y nos abren una brecha de entrada hacia el panorama de la cotidianeidad de la escuela secundaria pública chilena de la segunda parte del siglo XIX. En las siguientes páginas pretendemos plantear someramente algunos ángulos exploratorios de un tema poco tocado por la historiografía de la educación chilena: la disciplina, loscastigos y la violencia, elementos constitutivos, aunque frecuentemente soterrados, de la vida escolar[2].

Como una situación que emana desde la conflictividad de nuevos espacios colectivos y regulares de convivencia y sociabilidad construidos desde los imperativos de la razón moderna, creemos ver en la expectativa normativa disciplinaria, en el despliegue de los castigos derivados de ésta y,finalmente, en la violencia de profesores contra alumnos y viceversa, un conjunto de claves interpretativas con las cuales someter a encuesta los avatares del proceso global de escolarización en Chile que se despliega, de modo cada vez más complejo, a partir de la iniciativa fiscal desde mediados del siglo XIX.

A partir de entonces es que se manifiesta un proceso de paulatina centralizaciónde las pautas de desarrollo de la educación chilena y un notorio propósito de reforzar, mediante la escuela, los objetivos políticos de la institucionalidad republicana y la unidad nacional, a través de planes curriculares que buscaron nivelar las diferencias y temperamentos locales bajo el denominador común de la enseñanza encaminada hacia la calificación intelectual y moral de los niños yjóvenes chilenos según el ideario liberal y modernizador de las elites dirigentes, interesadas en incorporar de modo exitoso a Chile en el orden del capitalismo mundial[3].

En concordancia con lo anterior, el aumento de la escolarización fue entendido como un eje indispensable del progreso nacional y jugó el rol de un eslabón más en la configuración de la esfera de lo público[4]. En estesentido, con la construcción de un orden republicano, lo escolar devino en un sitio nuevo, de crítica mixtura entre la imposición de un orden regulador, una suerte de propedéutico de cómo se debía ser en el conjunto de la sociedad y, por otra parte, las contingencias de la edad juvenil, los desacatos, las índoles a veces anárquicas de los muchachos llamados a poblar las aulas y pasillos y a socializaren los patios bajo las normas impuestas por el preceptorado.

En definitiva, el proyecto de nación implícito en la estructuración de un tal sistema educacional ha sido visto posteriormente, desde los observatorios de la historiografía de la educación chilena, como eso precisamente: un proyecto, coherente y orgánico, una edificación cuya índole monolítica no ha parecido ofrecer flancos...