Poniendo Nuestras Fuerzas En Dios.
Sabemos que alos que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo; a fin de que él sea el primogénito entre muchoshermanos.
Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.¿Qué, pues, diremos frente a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregópor todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas?
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? El que justifica es Dios.¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, es el que también resucitó; quien, además, está a la diestra de Dios, y quien tambiénintercede por nosotros.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación? ¿angustia? ¿persecución? ¿hambre? ¿desnudez? ¿peligros? ¿espada?
Como estáescrito: Por tu causa somos muertos todo el tiempo; fuimos estimados como ovejas para el matadero.
Más bien, en todas estas cosas somos más quevencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni loporvenir, ni poderes,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Regístrate para leer el documento completo.