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Páginas: 7 (1673 palabras) Publicado: 3 de febrero de 2014
LA CUEVA DEL TORO
Esta leyenda es una de las que cuentan los viejos
marinos de altura y calafates en tierra, del barrio de San
Román.
Muchos pueden creer que se trata de la habitación del
animal que se llama toro y no están en un error; no tendría
nada de sobrenatural, si se trata de un toro común y
corriente.

Para sacarles de la duda les contare la leyenda tal y
como la oíde los labios de una ancianita sanromanera la que,
llene de misterio, me narró una tarde del mes de diciembre.
"Hace muchos años... muchos... el sitio de la ciudad
que hoy se designa con el nombre de la CUEVA DEL TORO era
un paraje de espanto y de misterio.

Cuando la campana de la Iglesia cercana daba la
oración de la tarde, nadie... nadie, por valiente que fuera, se
atrevía apasar por aquel lugar; y si lo hacia era por suma
necesidad, por ningún motivo volvía la cabeza para mirar la
cueva que se encontraba en la mayor oscuridad, primero por
la llegada de la noche y luego por la sombra misteriosa que
proyectaba el ramaje intrincado de los árboles de Ramón que
allá crecían.

A estos árboles no se les podía tocar. pues se les
adjudicaba efectos maléficos porservir, según la conseja, de
alimento al fantasma que en forma de toro habitaba la cueva.

Lentas iban pasando las horas de la noche... Al sonar
las doce, los habitantes creían oír hasta la respiración del
animal que, feroz y arrollador, salía en medio de la oscuridad
y, lanzando un resoplido, emprendía veloz carrera, algunas
veces hacia los fuertes donde retaba con su bravura a lossoldados que, aterrados, disparaban sus armas de fuego
sobre el fantasma taurino.

Esto ponía más colérico al animal, que arremetía con
furia a la muralla. Tal vez el miedo y la influencia de la
leyenda hacían ver cosas de maravilla a los soldados de
guardia. El fantasma, dando la espalda, se marchaba camino
a la ciudad, y antes de que comenzara la aurora retornaba a
su cueva.Infeliz del mortal que encontrara a su paso: o moría de
una embestida o de puro miedo.

Otras veces, al sonar las doce, el toro salía de su cueva
como de costumbre y, atravesando una parte de la ciudad, iba
a detenerse en un lugar escogido por él. En la cruz que
formaban cuatro calles, el toro cortaba su carrera: bramaba y
rascaba la tierra. Era cuando se producía el milagro. Elanimal
tomaba forma humana y mágica y alzando el vuelo, penetraba
en las casas donde dormían llenas de paz las bellas mujeres
campechanas. Al aproximarse a alguna alcoba, casi siempre
de la joven más hermosa, la puerta se abría como por arte de
magia y desde el umbral contemplaba a la bella que dormía
plácidamente.
Entonces el intruso decía unas palabras
cabalísticas acompañadas designos.
La durmiente, cual si soñara, abría los ojos y la
presencia del caballero no le causaba ninguna sorpresa ni
miedo, sino que se sentía en un dulce despertar.

El opulento y galante caballero le cantaba su belleza y
le ofrecía amor a la joven, ordenándole al fin, que a la noche
siguiente la esperaba a la entrada de la cueva, a las doce de
la noche.

Después de besaramorosamente la mano de la bella y
después de envolverse en su capa color almendra, salía por la
puerta por donde había entrado para ir al crucero de las
cuatro calles; y pegando un fuerte taconazo en la tierra,
recobraba la figura de cuadrúpedo bramador lanzándose a
todo correr por las calles, llegaba a su casa antes de que le
sorprendiera la mañana.

Al amanecer la joven se sentíafeliz, había soñado con
un príncipe azul, de gallarda figura y modales refinados, de
bellos ojos azules y cabellos de oro.
La joven acariciaba la idea durante todo el día y más de
una de ellas contaron a sus nanas su sueño de felicidad.




La noche iba llegando y la idea en el cerebro de la
muchacha se hacía realidad.
Me ordenó... Iré... No iré... Sí iré. Y tomando una...
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