Popol vu
Igualmente, a través de la reiteración, es retenido y recobrado el pensamiento sobre el proceso a partir del cual los dioses, el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, disponen la creación. El habla, en este sentido, es un modo de acción y las palabras entrañan un potencialmágico, según Ong, "vinculado, al menos de manera inconsciente, con su sentido de la palabra como, por necesidad, hablada, fonada y, por lo tanto, accionada por un poder"17.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron suspalabras y su pensamiento (23).
El poder de la palabra se manifiesta en la unidad que conforma el "decir" y el "hacer". La palabra, como reflexionan Asturias y González, instantáneamente da la forma a la materia; "la pronunciación del nombre exacto, del nombre "justo de voz", obra sobre la materia, forma, crea"18. Tepeu, Gucumatz y el Corazón del Cielo19, conferencian sobre la vida y la claridad,mientras esto ocurre, la creación se va haciendo, "solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles, y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie"(24). Por otro lado, el poder de la palabra tiene que ver con la fecundación, en el sentido de engendrar vida de hombres, animales, montañas, valles y corrientes de agua. Lafecunda palabra de los dioses crea a los animales, les asigna su lugar en la tierra, les ordena multiplicarse y hablar, cada uno, según su especie.
El poder de la palabra otorgado, por los progenitores, a los animales tiene sentido, si es que éstos son capaces de "decir sus nombres"20, alabarlos, invocarlos y adorarlos. La incapacidad que presentan los animales de nominar a sus creadores provocaque éstos piensen en hacer otros seres que, en antítesis con los anteriores, sean obedientes. En la primera parte, Hunahpú e Ixbalanqué21 declaran no poseer nombres, para engañar a Cabracán, el tercero de los soberbios, e impedirle que ejerciera su poder contra ellos. En la segunda parte, los hijos de Hunahpú e Ixbalanqué, llamados de la misma manera, son capaces de sortear una de las pruebas alas que los someten los jefes de Xibalbá22, recordando los nombres de cada uno de éstos.
Bien dice Manuel Galich, en el prólogo del Popol Vuh para la edición de Casa de las Américas, que en el libro maya "la razón de ser de la Creación es el hombre, centro del Universo". Esto, explicitado en el texto, es reiterado en tres de los capítulos de la primera parte y en los diez que componen la tercera,en tanto debía ser retenido por la memoria, como "cosa memorable". Los restantes seis capítulos de la primera parte, además de toda la segunda parte del texto maya, están dedicados a ilustrar las normas éticas de convivencia de los hombres entre sí y en relación a sus formadores. Para ello, representaban a hombres elevados a la categoría de dioses y a animales que colaboraban con los dioses...
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