Populismos
En el siglo XX, los latinoamericanos intentaron casi todo para dar con la fórmula que redistribuyera la riqueza, desde la revolución mexicana y las reformas de Lázaro Cárdenas hasta la revolución sandinista en Nicaragua, pasando por Getúlio Vargas en Brasil, elperonismo en Argentina, la revolución boliviana de 1952, el castrismo en Cuba, los militares reformistas peruanos de 1968 y el triunfo de Allende en Chile. La mayoría de estos acabó como el rosario de la aurora. El resultado es que Brasil, doscientos años después, es la potencia latinoamericana en un océano de populismo.
El populismo es un cajón de sastre donde cabe todo. Es equívoco yadaptable a casi todas las corrientes políticas. Lo mismo sirve para referirse a la francesa Mariane Le Pen que al venezolano Hugo Chávez, al italiano Silvio Berlusconi o al boliviano Evo Morales. Y puede emplearse tanto para oponerse a la inmigración en un mundo que se ha hecho pequeño como para negar el proceso de construcción europea. En Venezuela se usa para definir el socialismo del siglo XXI; enEuropa, para protestar también contra la élite. Y en Perú se explica por la creciente desigualdad social. El Índice de Oportunidades Humanas del Banco Mundial sitúa a Perú en la última posición en Sudamérica.
Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay, dice que “el populismo es escasa racionalidad económica, y sólo es posible si hay dinero”. Y esto es especialmente cierto en AméricaLatina, la región socialmente más desigual del mundo. La energía que quema el presidente Chávez no sería la misma sin los dineros que suministra el petróleo. El populismo no se define por una teoría política bien definida ni por un proyecto económico y social al que le cuadren los números. El populismo es un sincretismo que combina la contestación con el autoritarismo y la dimensión identitaria; esdecir, una manera de invocar a un pueblo incondicionalmente. Y esto es lo que han hecho los dos finalistas de las elecciones peruanas.
Hace cinco años, los peruanos le dieron la espalda a Humala ante el temor de que importara el socialismo del siglo XXI patrocinado por Chávez. Pero en esta ocasión Humala se ha afanado en distanciarse del presidente venezolano y en reiterar que respetará la empresaprivada, los tratados de libre comercio y la independencia del banco central. Ha logrado incluso que las agencias de calificación financiera digan que, aunque gane las elecciones, Perú mantendrá su solvencia. El candidato también parece haber convencido a los votantes de su compromiso con la defensa de los derechos humanos, pese a la acusación jamás probada de abusos durante la guerra contra elterrorismo que en Perú causó 70.000 muertos entre 1980 y 2000. Y en su campaña, Humala está siendo asesorado por el equipo de Lula da Silva, el ex presidente de Brasil. Pero lo dicho: el populismo es un cajón donde cabe todo.
En años recientes la Casa Blanca ha observado con inquietud la manera en que los electores de Brasil, Venezuela, Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia han provocado victoriasde los progresistas en Latinoamérica. El resultado es una nueva generación de líderes que critican a la administración Bush y los planes económicos de la globalización corporativa.
El 9 de abril Ollanta Humala, un fornido ex oficial militar de 43 años que exuda un carisma de lenguaje llano, proclamó su victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Perú. A partir de una...
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