Por el camino de Barthes (Jornadas Barthes, Córdoba, 2010)

Por el camino de Barthes: Marcel Proust y En busca del tiempo perdido en los textos de R. Barthes

Ricardo TERRILES

El Índice general de las Obras Completas de Roland Barthes registra, en la sección de Autores y bajo la rúbrica “Proust”, cinco artículos. Pero la presencia de Proust y de su novela en los escritos de Barthes va más allá de esos trabajos, tal como lo manifiesta en El placerdel texto: “para mí la obra de Proust es la obra de referencia, la mathesis general, el mandala de toda la cosmogonía literaria” (Barthes, 2008: 50).
Las sucesivas lecturas de Barthes en torno a En busca del tiempo perdido y a su autor configuran un escenario de interés para evaluar las renovaciones y persistencias de un discurso crítico-teórico. Por otra parte, el examen de esas intervencionespermite registrar desplazamientos que atañen a la posición subjetiva desde donde Barthes se enfrenta, no solo al corpus proustiano, sino a la literatura y a la práctica de la escritura en general.
Esta comunicación comenta los artículos que Barthes dedicara a Proust y su producción literaria, contextualiza sus planteos en el marco más amplio del discurso crítico-teórico barthesiano, y propone unainterpretación del desplazamiento subjetivo que se evidencia en diacronía.
En “Las vidas paralelas” (2003b [1966]), Barthes señala que “la vida de Proust es apasionante, como lo demuestra el éxito del libro de Painter y el placer tan intenso, incluso singular, que produce” (Barthes, 2003b: 161). La novela de Proust tiene una relación inmediata con el género biográfico, pero el paralelismo quepuede trazarse entre las vidas del narrador y del autor plantea una paradoja. Esas vidas, tomadas en su extensión, se tocan en muy escasos puntos, y Barthes postula que la relación entre ambas no puede pensarse como analogía sino como homología, lo cual nos remite a su polémica con la “antigua crítica”. Ya en “Las dos críticas”, artículo de 1963, Barthes señalaba la debilidad epistemológica del“postulado de analogía” –ahí nombrado como similitud–, indicando que “la similitud no es en modo alguno la relación privilegiada que la creación mantiene con lo real” (2003a: 341). Ese planteo se radicaliza en “Las vidas paralelas”: “la vida de Proust nos obliga a invertir ese prejuicio; no es la vida de Proust lo que encontramos en su obra, es la obra lo que encontramos en la vida de Proust.”(Barthes, 2003b: 162)
Barthes –siguiendo a Deleuze– ve el mundo de Proust como un mundo de esencias. Desde esa perspectiva: “La verdad de Proust no se debe a una copia genial de la «realidad», sino a una reflexión filosófica sobre las esencias y sobre el arte.” (Barthes, 2003b: 163)
Hay no obstante un lugar en el que las vidas de Marcel y del narrador ya no son paralelas, y que éste es el lugar dela escritura:

Cuando Marcel se encierra en su habitación de corcho, lo hace para escribir; cuando el narrador dice adiós al mundo (…), lo hace para empezar por fin su libro. En otras palabras, solamente en ese momento las dos vidas paralelas casan indisolublemente sus duraciones: la escritura del narrador es literalmente la escritura de Marcel: no hay autor ni personaje, ya sólo queda laescritura.” (Barthes, 2003b: 164)

La reseña de la biografía de Painter es una excusa para sentar posiciones frente a la “vieja crítica”: se privilegia la instancia de la escritura como nivel específico e insoslayable del análisis y se cuestiona el modo de pensar las relaciones entre “vida” y “obra”, poniendo en suspenso la intencionalidad del autor y hasta su propia figura. En ese marco, importaretener dos elementos: (1) la caracterización de la Busca como relato de una escritura; (2) la constatación de que la vida de Proust puede ser objeto de apasionamiento y placer.
Como correlato al cuestionamiento de las explicaciones de la obra a partir de la vida del autor, hay en Barthes otro modo de acercarse a los textos, que busca en los textos mismos las claves de su inteligibilidad....