Por las tardes
La celebración del carnaval, que por cierto siempre se lleva a cabo alrededor de la plaza del pueblo, era la excusa para que toda la comunidad en especial la muchachada anduviera deaquí para allá pensando en algo original para lucir.
Las siestas calurosas no eran impedimento para aquellos que ya hacía varios años presentaran su carroza. Las discusiones se prolongaban hastaaltas horas de la noche sin llegar a un acuerdo sobre qué temática era la indicada.
Pucho, el más pequeño del grupo, tuvo la más descabellada idea, la de representar una ofrenda a Baco, dios delvino y de la fiesta desenfrenada. Pero como desconocían su historia; a todos les pareció brillante sin saber en qué problema se meterían.
Nadie se percató que a partir de esa decisión todo les fuera apedir de boca: consiguieron la carroza, el material para adornar, el vestuario; y sin contradicción alguna votaron para que Pucho sea el protagonista.
Contento volvió a su casa y le contó a suabuela que al enterarse sobre aquello lo reprendió y le dijo: -No, m´ijo, no haga eso, Baco es traicionero, le gusta que lo festejen y siempre se lleva alguito. Pucho pensó en no comentar nada puesto queera la primera vez que lo tenían en cuenta para algo tan importante.
Llegó la noche tan ansiada, la calle principal del pueblo era la ciudad de las luces, el intendente por única vez al año seganaba el respeto de la gente ya que donaba toda la iluminación para dicha festividad.
La banda de música no paraba de tocar y como broche de oro salieron ellos… grandes y niños se amontonaban paraverlos. La gran carroza avanzaba lentamente y Pucho sentado en su trono y coronado como rey aventaba, con mirada soberbia, racimos de vid sobre la multitud. Fue entonces que ya frente al palco central,donde se encontraban los funcionarios públicos y, entre gritos y fuegos artificiales; las luces se apagaron en una cuenta de segundos. Todos aplaudían creyendo que era parte del show, pero no fue...
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