¿Por qué usamos bolsas de plástico?

¿Por qué usamos bolsas de plástico?

La bolsa de plástico es un objeto cotidiano utilizado para transportar mercancías. Dentro de esta definición nos centramos en las de “tipo camiseta” (por la forma de las asas) como ejemplo práctico principal de entre todas las que existen. Cuando los consumidores efectúan su compra es común que la transporten mediante bolsas de plástico. Pero, ¿por quéestas son el recurso más popular y utilizado? Es cierto que nos resulta lejano recordar el típico carrito de la compra que relacionamos directamente con la figura de personas de tercera edad, o lo mismo con los cestos, pero ¿qué nos ha alejado de ellos? ¿En qué se basa su efectividad para tal éxito si existe la alternativa de las bolsas de tela? La respuesta a las preguntas tiene varios argumentos.De entrada las bolsas de plástico –nacidas en los años setenta- tienen características muy atractivas y útiles des del punto de vista del consumidor. Su precio es un factor determinante: se distribuyen en supermercados o demás tiendas gratuitamente o se venden a un precio prácticamente simbólico (0,10 céntimos). La prefieren antes que la bolsa de tela, el precio del cual es mayor (entre 1 y 2euros). El material es medianamente resistente teniendo en cuenta su calidad-precio. Hacer la compra es un hecho puntual, su frecuencia no es diaria e incluso ni semanal. Es más bien una acción pasajera, un motivo más para que el consumidor prefiera adquirir las bolsas de plástico, que aparecen en el momento de la compra –y decidir qué tamaño de bolsa escoger-, a tener bolsas de tela que ocupenespacio a tiempo completo en casa. Esto conlleva que el consumidor considere la bolsa como un objeto de “usar y tirar”, fácil de conseguir y de deshacerse de él, sin tener noción de su valor y sin intención de desear su acumulación. Otro factor puede ser la publicidad que hay a partir de ellas. Des del punto de vista comercial, las bolsas de plástico, al estar en constante cambio, proporcionarenovación en la publicidad que exponen –que a la vez requiere menos costes para las empresas patrocinadas- a diferencia de las bolsas de tela, que tienen un ciclo de vida más extenso y fijo. De hecho, existen muchas más características como preferencias del consumidor y del comerciante. Es por eso que su demanda crece y su oferta también.

Tratando la situación desde la perspectiva microeconómica,esta industria resulta de gran competencia para el alternativo mercado de las bolsas de tela –descartando las bolsas de cartón que por muy reciclables que sean implican la erradicación de los árboles-. Pero a la larga son las bolsas de plástico las que comportan muchas más responsabilidades globales y comunes para todos. Y creo que ya han pasado suficientes años como para comprobar sus consecuenciasy empezar a tomar medidas siendo conscientes de la repercusión que causan. Su impacto medioambiental es alarmante. Las bolsas de plástico puede que no se acumulen en las casas pero sí en los grandes vertederos de basura, mayoritariamente ubicados en los países subdesarrollados que aún les provoca más miseria. Corroen la flora y la fauna. Y es que sólo se reciclan un 1% de las bolsas fabricadas,ya que a las empresas les cuesta más reciclarlas que fabricar de nuevas. Además, los materiales del plástico tardan más de cien años en deteriorarse y si son quemados producen gases tóxicos impensables para la sostenibilidad del ecosistema.

Es difícil hacer que la industria de bolsas de plástico deje de producir porque realmente este producto les es muy rentable en relación con sus costesy beneficios. Pero es cierto que por un lado podemos llegar a influir en sus costes de producción, incrementándolos. Esta función significaría la intervención del Estado en el mercado: aplicando impuestos, reduciendo las subvenciones –o incluso evitando la contribución de las empresas privadas y el libre mercado en este sector- e incrementando las materias primeras como por ejemplo el petróleo,...