Por siempre y para siempre
Olfateando las flores coloridas y con diferentes texturas, tamaños y sonidos al abrirse en el amanecer, Chipú Piyimhué abrió sus ojos muy ansiosos por lo que se le esperaba todo el día. Un poco desesperado por salir de su choza, Chipú olvidó apagar las llamas de la fogata que ayudó a cocinar con la leña su cena la noche anterior .Como al lado de los leños encendidosestaban las frutas deliciosas que Pachamama había hecho brotar de ella, corrió rápido a apagar el minúsculo incendio para que la paja de su cama no se prendiera en llamas y no tuviera que dormir con las misteriosas criaturas de la oscuridad; y no tener que soportar a Pachamama y a los Dioses furiosos que ya creían que Chipú era un indio cansón.
Después de apagado el incendio y de salir bienlibrado y arreglado de su choza, Chipú se dirigía al gran día, a la fecha esperada.: su conversión de joven a hombre y sobretodo las ansias de ya poder contraer nupcias con su compañera y su mejor amiga: Xia´ Panchalka, pero que de cariño y por contracción le decían Xipa. Ella era una india con cabello largo y grueso que siempre llevaba en su larga cabellera de plumas de todos los colores,adornados también con las flores que recogía al llegar la hora de reunirse alrededor de las llamas del fuego ardiente y en el frio de las noches estrelladas a compartir sus saberes y recordar la memoria de sus ancestros con los ancianos de la tribu, acompañados de historias magnificas sobre la creación del cosmos.
Caminando hacia la maloca, Chipú estaba recordando en la quinta celebración de sujute (padre) y en el trance de la bebida alucinante (chicha) que los hacía conversar oído a oído con Chía en la noche y Sua (sol) en el amanecer. Repetía en su cabeza una frase mil veces y seguía repitiéndola incansablemente mientras mantenía el recuerdo vivo de aquella noche en que su madre fue obligada a digerir el fuego candente en su forma física (ají) que la estaba atormentando en la gargantay se le alcanzaba a notar la vergüenza con los dioses en las mejillas rojas y en las lágrimas que derramaba por el ardor y la amargura de la mirada burlona de su esposo por cometer un error que el siempre cometía con las demás mujeres. Chipú decía que no quería que Xipa pasara vergüenzas en frente de toda la tribu, por dejarse llevar él de las alucinantes reacciones del maíz fermentado encelebraciones de amigos y que de todas formas eso no era bien visto por todos los dioses a los que por cierto, él tenía que entregarle su espíritu y alma en cuanto llegara a la maloca.
Al acercarse a su ceremonia, se organizó las plumas de la cabeza y se enderezó su taparrabos; se secó las gotas de sudor que le caían por su alargada frente y prosiguió hasta encontrar a una grande y majestuosa féminaque estaba vestida con la vestimenta que su madre usó para la celebración de su primera boda y una de una de las cuantas bodas de su padre. Llevaba también, unos hermosos adornos familiares hechos en oro y en las más preciosas joyas que la hacían lucir hermosa y conseguían que Chipú se acabara de derretir frente a su belleza, luz, flor y primer amor: Xipa. Al lado de ella estaba el Zipa que seveía un poco opacado al lado de Xipa, pero que sobresaltaba un poco con sus adornos étnicos que lo hacían parecer de su clase.
Al comenzar el Zipa con sus rituales sagrados, de un momento a otro, la celebración se vio interrumpida por unos sonidos estridentes de unos objetos misteriosos y plateados y además gritos acompañados de un grupo enorme de personas adheridas a unos animales gigantescosy rocinantes y otro enorme grupo caminando, explorando el espacio dejando en cada huella que pisaban un amasijo de dolor, tristeza y amargura. Mientras ocurría esto, Chipú se quedó observando detenidamente al Zipa quien comenzó a repetir ciertos tipos de oraciones que Chipú desconocía; Desesperado por saber que hacían estos seres misteriosos usurpando, y dejando en cada paso dolor y agonía,...
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