por siempre

Se habían cruzado casualmente miles de veces, pero ninguno la había notado. Oficialmente, se conocieron gracias a los amigos que tenían en común; hubo química desde un principio y mientras más se conocían, más se enamoraban uno del otro.
Cuando él le declaró su amor ella ya se lo esperaba, pero igualmente la colmó de emoción y con una enorme sonrisa le dio un abrazo lleno de amor.
Desde afueraparecía que iban demasiado rápido, pero para ellos todo se daba en la medida justa, sin tener que forzar nada. A ambos les parecía casi mágico, nunca habían estado en una relación seria con otra persona.
Con cada discusión su relación se hacía cada vez más fuerte, porque discutir era otra forma de conocerse mejor; los dos estaban seguros de que no se acercaba el final, de que era apenas elprincipio de todo.
Pasaba el tiempo y su relación se volvía cada vez más estable, daba la impresión de que iban a durar para siempre, tanto para los demás, como para ellos mismos… Y un día pasó algo que lo cambió todo.

Estaban en su casa, en su cuarto. Ella ya había encontrado acomodo sentada sobre sus piernas. Él la abrazaba con mucho amor, la quería… la quiere, con todo su corazón.
Todo eraperfecto. Hasta que, de repente, entre besos y abrazos, ella empezó a llorar.
Al principio él no lo notó, pero poco a poco las lágrimas saturaron sus ojos y comenzaron lentamente a correr por sus mejillas, y fue ahí cuando él se dio cuenta.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué estás llorando?- Preguntaba él con voz dulce.
Ella no respondía; no encontraba las palabras para explicarle lo que estaba sintiendoen ese momento.
-¿Qué te pasa? – Volvió a preguntar el preocupado. –Se te caen las lágrimas…- Dijo finalmente. Y ella, aún sin encontrar las palabras comenzó a hablar.
-Es que…- Se detuvo para evitar que se le quebrara la voz. –Es que es todo tan lindo cuando estoy contigo, es todo tan perfecto, que tengo miedo que de repente se termine todo.- Dijo por fin entre sollozos, mientras lo miraba conla mirada más tierna del mundo. Él nos sabía que contestar y sólo intentó consolarla; un beso, otro, un abrazo largo y logró que dejara de llorar.
La velada continuó normal, hasta el momento en que tuvieron que despedirse.
-¿Por qué tenés ese miedo?- Preguntó él.
-No sé, porque soy boba.- Dijo ella con cara triste.
-Bueno, no tenés que tener ese miedo.- Dijo él con una gran sonrisa, y asíhizo que el miedo en ella desapareciera.
Pero así e fácil como el miedo de ella había desaparecido, una preocupación se instaló en el corazón de él. Comenzó a ser inseguro, no de ella, sino de sí mismo. ¿Qué pasaba si un día se levantaba y no sentía lo mismo? , podía pasar, ya le había sucedido otra vez, con otra persona… Y ella era tan frágil, no podía lastimarla, nunca se lo perdonaría a símismo. Le temía al daño que él mismo podía causarle.
Pasaron los mese y para ella todo seguía normal. En cambio él aún sentía esa preocupación en su corazón, y sin que ella, ni él mismo se dieran cuenta, comenzó lentamente a distanciarse de ella.
Ella al principio no lo notaba, seguía tratándolo con el mismo amor de siempre. Un día ella lo abrazó, pero él no le devolvió el abrazo. Ella muy extrañadale preguntó. -¿Qué te pasa? Estás un poco distante.
-No puedo más.- Dijo él con lágrimas en los ojos, intentando que no se le quebrara la voz.
-¿Qué no podés más?- Preguntó ella, fingiendo que no sabía de que se trataba y deseando que no fuera lo que pensaba.
-Lo nuestro, no pudo más con lo nuestro.- Dijo él a punto de llorar.
Y ella llena de rabia le dijo. – ¿Me estás diciendo que no querésestar más conmigo?
-No sos vos, soy yo.- Dijo él.
Esa frase tan cliché, que casi siempre era una simple excusa, pero que, esta vez, era la pura verdad.
-Que excusa tan patética. Le dijo ella mirándolo con rabia y se fue a su casa, intentando no llorar en el camino.
Él se había quedado en el banco sentado con la mirada perdida y lágrimas en sus ojos. En un momento pensó en ir tras ella, pero...