Por subir algo

Desde la ventana contemplaba el frío suelo salpicado de manchas de sangre. Una expresión de terror cubría su rostro y sus manos se aferraban al alféizar de la ventana para poder mantenerse en pie.El llamativo rastro de color rojo hacía contraste con el apagado gris de la calzada. Y desaparecía tras el contenedor del restaurante de la esquina.
Tenía necesidad de averiguar qué se escondía trasaquel contenedor. Sus pensamientos de necesidad de informar a la policía de aquel percance le invadían. Sabía que no tardarían en encontrar lo que quisiera que hubiese ahí detrás, y que loinvestigarían y que hasta, seguramente, resolverían el misterio. La curiosidad le picaba pero también le hacía presa del pánico lo que pudiese encontrar ahí detrás.
Se apartó de la ventana, lentamente, intentandocalmarse. Se llevó las manos a la cara y se frotó con vigor intentando despejar su mente. Respiró hondo y sacudió su ropa. Agarró la chaqueta, cogió las llaves y buscó en un cajón olvidado unalinterna. Volviendo a respirar hondo agarró la fría manilla de la puerta y abrió la puerta de casa.
Bajó las escaleras y al llegar al portal paró, insegura de lo que hacía, tragó saliva y alzó la cabezacon orgullo inspirando aire lentamente.
Salió del portal con paso seguro y se aproximó al rastro, encendió la linterna e inspeccionó aquellas manchas. Siguió caminando en dirección al lugar donde seacababa aquello. Llegó al contenedor de metal y apoyó su cuerpo en el lateral de éste.
Insegura de si quería descubrirlo o no se lo pensó durante largo rato. Finalmente decidió echar una ojeada alpastel.
Lo que vio la aterrorizó: Un cuerpo medio envuelto en bolsas negras de plástico y con la cabeza descubierta. La expresión de la víctima era un tanto extraña, una mezcla de dolor y terror, aunqueno había visto muchos cadáveres antes y lo cual la hacía bastante inexperta respecto a expresiones de muertos, pensó que no fue una muerte relajada y que el agresor sorprendió a la víctima.
Su...