Por Un Solo Voto

Por un solo voto… la SCJN y el peso de la mitología judeocristiana
Jueves 29 de septiembre de 2011
22:30 hrs.
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Estimadas y estimados expressos:
Después de tres-cuatro días de discusión, y por un solo voto, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no logró declarar inconstitucionales lasreformas legales que determinan que, en los Estados de Baja California y San Luis Potosí, la garantía de protección jurídica al derecho a la vida inicia desde el momento mismo de la concepción, lo que implica, entre otras cosas, que la práctica del aborto en cualquier momento de la gestación pasa ipso facto a ser un delito, y que todas las mujeres que recurran a esta práctica pasan a ser ipso factounas delincuentes, con penas variables (pero todas ellas detestables).
Para muchos, el debate y la decisión de la Suprema Corte realmente giró en torno a si las entidades federativas tienen, o no, la facultad constitucional para legislar en dicha materia. Pero, cuidado, ésta es sólo la envoltura de un debate más profundo: el debate en torno a la naturaleza del ser humano para efectos del mundodel Derecho al interior de un Estado laico, cual es el caso del Estado nacional mexicano.
Siete miembros (de 11) de la SCJN votaron a favor de considerar inconstitucionales las reformas de Baja California y San Luis Potosí porque, a su parecer (con el cual coincido), ambos Estados se excedieron en sus facultades normativas en cuanto corresponde a la definición jurídica del “derecho a la vida”(habría que agregar, por supuesto, de la “vida humana”), dejando así en un estado de indefensión, y de discriminación, a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, sobre todo a las mujeres en situación de pobreza, marginación e ignorancia, que, para nuestro profundo infortunio como país, siguen siendo muchísimas.
Las argumentaciones de los cuatro miembros restantes fueron excesivamente pobresen todos los sentidos, y se dejó ver que aún pesa sobre ellos la sombra de la mitología judeocristiana, según la cual la vida humana comienza desde el momento mismo de la concepción, es decir, desde el momento en el que los gametos femeninos y masculinos se unen para formar un cigoto. Para esta versión chata de “lo humano” basta con la fusión de gametos y con la formación del ADN para hablar de laexistencia de un “ser humano”.
Pero la propia naturaleza racional del ser humano merece mejores fundamentos y más sólidos argumentos.
La conciencia (“el saber y el saber que se sabe”), la identidad, la idea misma de “Yo” y la memoria son fenómenos biopsíquicos esenciales para declarar la existencia del “ser humano” en tanto “ser humano”; y estos complejos fenómenos biopsíquicos requieren,forzosamente, a manera de requisito insoslayable (conditio sine qua non), de una base orgánica (esto es, anatómico-fisiológica), a saber: del Sistema Nervioso Central (SNC) en lo general y en su completitud; del encéfalo, como subcomponente del SNC; y, en lo específico, de ese órgano llamado cerebro, órgano central y esencial para declarar la naturaleza racional del ser humano. Y resulta que lacompleta conformación del SNC, del encéfalo y del cerebro no ocurre en el momento de la concepción, sino muchas semanas después. Se calcula que esto se da entre las semanas 12 y 15 de la gestación. Por ello, en la mayoría de las naciones civilizadas, y de veras modernas, se permite el aborto hasta esas semanas, con los naturales márgenes de error que todas las ramas del Derecho suponen y permiten.De hecho, nuestro marco jurídico ya contempla todo lo que acabo de decir. No en balde, el artículo 343 de la Ley General de Salud considera que “(…) la pérdida de la vida ocurre cuando se presentan la muerte encefálica o el paro cardíaco irreversible”.

Como se puede notar, nuestra legislación ya considera que la muerte de un ser humano, para efectos clínicos y jurídicos, se da cuando el...