Por una cultura de inclusión...

Por una cultura de inclusión…

… que esté acompañada de fe, pero no de cualquier fe, sino de la que está seguida de esperanza y es puesta a producir en el amor.

Muchas generaciones me hanantecedido y seguramente vendrán otras que le seguirán apostando a reivindicaciones sociales, políticas, económicas y culturales, que propendan por unas mejores condiciones y bienestar de vida para elindividuo y para la sociedad en general.

Otrora, en la década de los setenta para mi generación, la irreverencia se vio materializada -no solo en las tertulias de cafeterías o bares-, sino en lasacciones o movilizaciones de masas y una que otra revuelta contra las autoridades legítimamente constituidas. La nación veía como avanzaba inexorablemente por todo el país, la violencia protagonizada porlos nacientes grupos insurgentes, fundados en la década del sesenta, con ideologías marxistas, guevaristas, maoístas, años después nacían otros con doctrinas nacionalistas reivindicando las ideas deBolívar; y para rematar, en la década de los ochenta comienza a incursionar en algunas regiones -y luego se constituye un verdadero fenómeno nacional- los grupos paramilitares en alianza con sectorespolíticos, ganaderos, industriales y con servidores públicos de distintos niveles de responsabilidad gubernamental.

Todo ese accionar de décadas de violencia estructural -institucional y después sesuma la violencia guerrillera y paramilitar-, y la indiferencia estatal para atender las necesidades y el bienestar primario de los individuos, junto con el auge y fortalecimiento de la corrupción, hadeterminado y direccionado una cultura fuerte y arraigada de desigualdades, discriminación, exclusión y atraso social, político y económico. Estas características, de no atenderse y revisarcuidadosamente su evolución, sencillamente seguiremos avanzando en el desarrollo y fortalecimiento de la violencia, construcción que en nada beneficiará a la población en general y al Estado en particular....