Portugal

1º ESO



Cuando recibí la noticia de que la escultura “ O Desterrado” de Antonio Soares, que estaba en el Museo de Oporto, había sido robada, decidí viajar a Lisboa, la capital de laRepública Portuguesa.
Avisé a mis mejores alumnos, Javier, Alejandro y Tomás, que siempre me acompañan en mis viajes, cogimos el avión y llegamos a Portugal, un país vecino fantástico y abierto sobre elOcéano Atlántico que comparte con España la Península Ibérica.
Los tres chicos y yo aterrizamos en Lisboa y nos alojamos en un bonito hotel que estaba cerca del río Tajo.
Allí dimos un paseo por elcentro histórico de la ciudad y subimos con el elevador de Santa Justa para comprobar las vistas y paseamos por el Parque Forestal Monsanto, uno de los más grandes de Europa, pero no había rastro denuestra estatua. A pesar de todo, disfrutamos del clima cálido de esta ciudad y de la amabilidad de los lisboetas,que reciben el apodo de alfacinhas, literalmente” lechuguitas”, debido al intenso cultivode lechugas que hacían los antiguos habitantes de Lisboa en los campos cercanos a la capital.
Los chicos y yo no quisimos perdernos el viaje en tranvía y montamos en uno, que nos llevó al puerto deLisboa. Allí hicimos algunas averiguaciones que nos obligaron a visitar el Castillo de San Jorge, en la colina más alta de la ciudad, la Catedral de Lisboa y el Monasterio de los Jerónimos, donde unsimpático monje nos animó a llegar a Oporto, donde, según sus fuentes, podía estar la escultura del Desterrado, fuera del museo
Antes de partir, acudimos a un restaurante donde escuchamos unoscuantos fados, música tradicional de Lisboa, que es una canción nostálgica acompañada de guitarra portuguesa, y comimos patatas con bacalao y el postre más famoso de Lisboa que es el pastel de Belén. Al díasiguiente llegamos a Oporto.
Oporto es la segunda ciudad más importante de Portugal y a los cuatro nos encantó. Es una ciudad antigua que tiene muchos monumentos históricos y su centro ha sido...