poseeme
Páginas: 443 (110678 palabras)
Publicado: 11 de febrero de 2014
Poséeme
Traducción de
Juan Pascual Martínez Fernández
y Beatriz Villena Sánchez
www.megustaleerebooks.com
1
Ya está? —pregunto—. Hace ya por lo menos cinco minutos que se ha ido el sol.
A unos metros, Blaine se inclina a un lado, emergiendo parcialmente de detrás del lienzo. No me
muevo, pero mi visión periférica me permite ver sus hombros, su cabeza calva y superilla de un rojo
vivo.
—En mi mente, la luz todavía te rodea. Quédate quieta y no hables.
—Vale —digo justo antes de oír su gruñido de enfado por mi evidente falta de respeto a sus
normas.
Si no fuera por el hecho de que estoy totalmente desnuda delante de una puerta, nuestra
conversación parecería completamente normal. Ahora ya estoy acostumbrada. Acostumbrada a que la
fría brisa marina meendurezca los pezones. A la forma en que el sol remueve algo tan profundo y
apasionado en mí que deseo cerrar los ojos y abandonarme a la rica complejidad de luz y de color.
Ya me da igual que Blaine me mire con ojos críticos. Tampoco me estremezco cuando se me
acerca tanto que casi roza mis pechos y mi cadera para ajustar mi postura al ángulo adecuado.
Incluso cuando me susurra: «Perfecta.Mierda, Nikki, eres perfecta», ya no se me hace un nudo en el
estómago. He dejado de imaginarme apretando los puños en señal de protesta, clavándome las uñas
en la suave piel de mis palmas. No soy perfecta para nada, pero ya no me vuelvo loca al oír esas
palabras.
Ni en el más disparatado de mis sueños habría imaginado que pudiera sentirme tan cómoda a pesar
de estar tan sumamente expuesta. Escierto que he pasado la mayor parte de mi vida desfilando sobre
las pasarelas, pero siempre lo he hecho vestida, e incluso durante los concursos en bañador iba
modestamente tapada. Puedo imaginar lo mucho que se lamentaría mi madre si me viera así, con la
barbilla en alto, la espalda arqueada, una cuerda de seda roja rodeando mis muñecas a la espalda
para luego seguir entre mis piernas yenrollarse en torno a uno de mis muslos.
Llevo días sin ver el lienzo de Blaine, pero conozco su estilo y puedo hacerme una idea de cómo
quedaré representada en pigmentos y pinceladas. Efímera. Sensual. Sumisa.
Una diosa atada.
No hay duda; mi madre se cogería un buen cabreo, pero a mí me gusta. Joder, quizá es por eso por
lo que me gusta tanto. He dejado de ser la princesa Nikki y me heconvertido en Nikki la rebelde, y
eso me hace sentir increíblemente bien.
Oigo pasos en las escaleras y tengo que resistirme para mantener la pose y no volverme para
mirarlo. «Damien.»
Damien Stark es la única cosa que no doy por sentada.
—La oferta sigue en pie.
La voz de Damien se oye mientras sube las escaleras de mármol del tercer piso.
No ha alzado la voz, pero su tono transmite tanta fuerzay seguridad que llena la habitación.
—Diles que les echen un buen vistazo al estado de sus cuentas. No van a obtener beneficios y,
para finales de año, la compañía habrá desaparecido. Están en caída libre, y cuando se estrellen y
quiebren, sus empleados estarán en la calle, la empresa habrá muerto, y las patentes quedarán
sometidas a litigio durante años porque los acreedores pelearán por losactivos. Si aceptan el
acuerdo, yo les devolveré la vida. Lo sabes. Tú lo sabes y ellos también.
Los pasos se detienen y me doy cuenta de que ya ha llegado al final de las escaleras. La habitación
es diáfana, diseñada para el ocio, y todo aquel que entra es recibido por una amplia panorámica del
océano Pacífico.
Ahora Damien me ve.
—Charles, hazlo —dice con voz tensa—. Tengo que irme.
Hellegado a conocer realmente bien a este hombre. Su cuerpo. Su forma de caminar. Su voz. No
necesito verlo para saber que esa tensión no responde a la emoción de un nuevo negocio, sino a mi
presencia, y ese simple hecho es tan embriagador como el champán para un estómago vacío. «Todo
un imperio requiere su atención, pero, en este momento, yo soy todo su mundo.» Me siento halagada.
Estoy...
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